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"Es un desastre moral". EEUU aloja a demasiados niños migrantes juntos en refugios

Unos 5.400 menores duermen en refugios en los que hay más de mil niños. Otros 9.800 conviven en centros con al menos otros cien menores, según una investigación de AP
Migrantes adolescentes este 10 de diciembre en el refugio temporal para niños no acompañados en Homestead, Florida.
Migrantes adolescentes este 10 de diciembre en el refugio temporal para niños no acompañados en Homestead, Florida. AP / AP

El gobierno de Donald Trump tiene a su cargo a 14.300 menores migrantes que aloja en centros de detención atestados y otras residencias en las que habitan cientos ym en casos peores, miles de niños. Tres meses después de que Trump asumiera la presidencia, el mismo programa del gobierno tenía 2.720 menores, la mayoría en refugios con pocas docenas de niños o en programas de hogares temporales.

Hasta medidados de este diciembre, unos 5.400 migrantes menores duermen en refugios en los que hay más de 1.000 niños en Texas y la Florida. Unos 9.800 están en instalaciones con al menos 100 menores, de acuerdo con información confidencial del Gobierno a la que ha accedido la agencia Associated Press.  

Texas es el estado que ha experimentado un crecimiento más pronunciado en el número de niños bajo custodia de la Oficina de Reubicación de Refugiados (ORR) en los últimos 20 meses. En abril de 2017, había 1,368 niños migrantes en instalaciones o hogares de acogida en Texas. Hasta el 17 de diciembre, había alrededor de 8,700. 

Los menores permanecen bajo la custodia de ORR el doble del tiempo que permanecían en enero del 2016, un promedio de dos meses, en parte porque el gobierno incorporó más requisitos para los padres y familiares que se harán cargo de ellos. Eso cambió el martes, cuando las autoridades cambiaron la forma en que hasta ahora se revisaba a las personas que quieran cuidar de los niños migrantes que están bajo custodia gubernamental : se anuló el requisito de capturar las huellas dactilares de todas las personas que vivieran bajo el mismo techo. 

Todos deben todavía someterse a controles de antecedentes y los padres sí deben presentar sus huellas. Pero las autoridades dicen que ahora podrán procesar los casos más rápidamente y esperan reducir el tiempo que los menores permanecen bajo su custodia, evitando que los chicos se pregunten si sus padres los han abandonado, como hacen algunos ahora. 

“Es un trauma que no vamos a olvidar”, dice Cecilio Ramírez Castañeda, un salvadoreño que fue separado de su hijo de 12 años, Omar, cuando ambos fueron detenidos en junio bajo la política de “tolerancia cero” del gobierno, que separó a un total de 2.654 niños de sus familias. Omar temía que su padre se hubiese desentendido de él porque permaneció cinco meses en un refugio de Texas. 

Ramírez se reunió con Omar el mes pasado y se enteró de que su hijo había estado hospitalizado con síntomas de depresión y que se había roto un brazo mientras estuvo a cargo del gobierno. “Es un sistema que causa daños irreparables”, sostiene Ramírez. 

Expertos afirman que la ansiedad y la desconfianza que sufren los menores cuando están encerrados puede causar trastornos mentales y físicos duraderos. Sobre todo con los más pequeños, los que pasan bastante tiempo en esos centros y los que son alojados en sitios atestados donde reciben poca atención personal. 

“Esto es un desastre moral”, manifiesta Jack Shonkoff, director del Centro para el Desarrollo Infantil de la Universidad de Harvard. “Estamos aplicando castigos a niños inocentes que tendrán consecuencias toda la vida”. 

Funcionarios del gobierno dicen que se han visto obligados a ampliar la cantidad de camas disponibles para menores migrantes de las 6.500 que había hace un año a las 16.000 de hay hoy. Alojar a los menores en sitios grandes, si bien no es lo preferible, es mejor que la alternativa, que sería tenerlos más tiempo en instalaciones de la Patrulla de Fronteras, de acuerdo con Mark Weber, vocero del Departamento de Salud y Servicios Humanos, que supervisa la ORR. 

“Hay una gran cantidad de niños, es una situación compleja. Nos esforzamos por asegurarnos de que se los atiende bien y se los ubica responsablemente”, asegura. Weber confirma la cifra de la población de los refugios que consiguió AP. Para verificar aún más los datos, periodistas de la agencia contactaron con más de una docena de programas que tienen contratos con la ORR y cotejaron las cifras reunidas previamente. 

Los chicos en estos programas van desde pequeños de uno o dos años hasta adolescentes de 17. La gran mayoría cruzaron la frontera sin sus padres, aunque algunos fueron separados de sus familias en la frontera este año. 

La atención que reciben los menores varía mucho en esta red opaca que ha contado con  hasta 150 programas diferentes en 17 estados en los últimos 20 meses. Decenas de instituciones que alojan menores han sido demandadas o recibido castigos por maltratar a los chicos. Hay instalaciones en Arizona, California, Connecticut, Florida, Illinois, Kansas, Massachusetts, Maryland, Michigan, Nueva Jersey, Nueva York, Oregon, Pensilvania, Carolina del Sur, Texas, Virginia y Washington. Algunos menores viven en hogares temporales y ven obras en Broadway, mientras que otros residen en carpas en el desierto de Texas.