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Abogados de la familia de niña que murió bajo custodia de la Patrulla Fronteriza insisten en que no se le dio agua

Un grupo de congresistas de la bancada hispana visitó donde fue atendida Jakelín y aseguran que existieron "fallos sistemáticos".

Los abogados de la familia de Jakelín Caal, la guatemalteca de 7 años quien falleció bajo custodia de la Patrulla Fronteriza el pasado 8 de diciembre, piden que se investigue de manera “objetiva, minuciosa e independiente” su muerte.

“Se pudo haber evitado su muerte, qué circunstancias o políticas han podido contribuir, estas preguntas deben se respondidas por el bien de la familia y su memoria”, dijo Enrique Moreno, del despacho de derechos civiles que representa a la familia de Jakelín, en rueda de prensa el miércoles

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y la oficina del inspector general del Departamento de Seguridad Nacional se habían comprometido anteriormente en un comunicado a investigar el caso.

“Los investigadores no deben ser las mismas entidades investigadas”, resaltó Moreno.

La niña y su padre viajaban con un grupo de 163 personas, que fue detenido el pasado 6 de diciembre cerca del puerto de entrada de Antelope Wells, en el estado de Nuevo México, en medio del desierto. Les llevaron en autobuses a la estación más próxima de la Patrulla Fronteriza, la de Lordsburg, a unos 90 minutos. El padre dice haber firmado un formulario donde indicaba que estaba en buen estado de salud. Sin embargo, oficiales de inmigración indican que el padre les dijo que la niña estaba enferma y que vomitaba mientras eran trasladados en autobús. Cuando llegó a su destino, ya no respiraba.  

El abogado Moreno criticó a las agencias por haberse “apresurado a responsabilizar al padre” alegando que la menor no había comido ni tomado agua durante varios días.

CBP indicó en un comunicado que Jakelín no había comido ni tomado agua durante varios días cuando cruzó la frontera, algo que disputan los abogados de la familia, y que fueron ellos quienes le ofrecieron de comer y beber.

Los funcionarios dijeron que los agentes hicieron todo lo posible por salvar a la menor, pero sufrió de un “choque séptico”. Sepsis es la respuesta extrema del cuerpo causada por una infección que puede causar insuficiencia de los órganos. Para el miércoles en la mañana todavía se esperaban los resultados de la autopsia.

Los abogados resaltaron de nuevo en la rueda de prensa que el padre sí le dio de comer y beber a la menor en su trayecto por México, y fue en el centro donde no se les ofreció “más que galletas”. Se desconoce si el padre de Jakelín, cuya lengua materna es un dialecto maya y cuyo segundo idioma es el español, pidió agua específicamente en algún momento luego de cruzar la frontera.

Las declaraciones surgen después de que un grupo de congresistas de la bancada hispana visitó el centro en Nuevo México donde fue atendida Jakelín.

El congresista Ray Lujan denunció por su parte que las instalaciones que visitaron no cuentan con agua corriente, solo tienen dos retretes portátiles, no existe un área para bañarse, y la comida se reduce a barras de granola, cajas de jugo pequeñas y "burritos" congelados. "Y lo que describiría como celdas de retención inhumanas, donde vimos a niños con adultos en instalaciones superpobladas, con un baño compartido, completamente abierto", detalla. 

Los miembros de la comitiva que visitaron las instalaciones, entre ellos el congresista Ben Ray Luján y la congresista electa Xochitl Torres Small, han exigido una investigación independiente de la muerte de la niña.