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Un juez destruye ObamaCare. ¿Qué va a pasar ahora? Incluso la reelección de Trump está en juego

¿Puede apuntarse aún? ¿Seguirá en marcha su programa médico? ¿Qué planea Trump? ¿Cómo le afectará a usted, y cómo afectará al presidente?

Un juez federal conservador, Reed O'Connor, declaró este viernes “inválida” la ley aprobada por el Congreso en 2010 para proveer un seguro médico a todos los estadounidenses, que popularmente se conoce como ObamaCare por haber sido impulsada por el ex presidente demócrata. Cerca de 20 millones de personas han conseguido cobertura para sus gastos médicos desde que la ley fuera aprobada. El juez considera sin embargo que la obligación legal de tener seguro médico es inconstitucional, y que el resto de la ley está sujeta a esta cláusula, por lo que toda ella es “inválida”.

Esto es lo que puede ocurrir a partir de ahora:

“Como pronostiqué todo el tiempo, ¡Obamacare ha sido derogado como un desastre inconstitucional!”, reaccionó el presidente, Donald Trump, en la red social Twitter. El mandatario consideró que la decisión judicial supone “grandes noticias para Estados Unidos”, pero la Casa Blanca se apresuró a indicar que el programa seguirá en vigor porque la decisión del juez puede ser apelada.

La causa judicial fue impulsada por los fiscales generales de 20 estados gobernados por el Partido Conservador, liderados por Texas, después de que el presidente instara al Departamento de Justicia a no defender el programa. Lo que sí hizo el Departamento de Justicia fue pedir al juez que no dictara sentencia durante el periodo de inscripción, que finalizó el sábado.

Sin embargo, el Gobierno había eliminado casi completamente los anuncios sobre el programa, retirando además la financiación para impulsar las inscripciones. Así, el número de enrolados había bajado casi un 20% respecto al año anterior incluso antes de conocerse la decisión del juez. En 2017 fueron 12,2 millones de estadounidenses los que disfrutaron de cobertura médica gracias a este programa.

El juez O’Connor, de 53 años y basado en Fort Worth (Texas), ya había bloqueado otras políticas impulsadas por el ex presidente Barack Obama (por ejemplo, permitir a los niños transgénero que usen el baño que consideren más adecuado en las escuelas), según informa la agencia de noticias The Associated Press.

Su decisión, en cualquier caso, no es definitiva. California ha indicado que pretende recurrir el caso ante la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito (que cubre Texas, Louisiana y Mississippi, y es muy conservadora). Pero, además, hay otra corte en Maryland pendiente de decidir sobre la constitucionalidad de ObamaCare: si dictara a favor, debería ser obligatoriamente un tribunal superior el que decidiera.

Trump ha apostado este lunes por que sea la Corte Suprema quien confirme finalmente la decisión del juez de Texas y acabe con ObamaCare. Sin embargo, aunque es posible que sea este tribunal quien tenga la última palabra, eso no significa que su sentencia vaya a ser, como desea Trump, en contra del programa. Sería la tercera vez que la Corte Suprema examina parte de ObamaCare: en los dos casos anteriores, dictaminaron a favor del programa, aunque desde entonces la mayoría conservadora se ha reforzado.

El presidente, en cualquier caso, ha instado además al Congreso a sacar adelante una nueva ley que sustituya o enmiende la aprobada bajo el liderazgo de Obama. Ya lo intentó el año pasado, tanto acabar como ObamaCare como aprobar una nueva ley, y fracasó por falta de consenso dentro de su propio partido, pese a contar con mayoría suficiente en el Senado y la Cámara de Representantes.

Ahora ésta última está bajo control demócrata, tras las elecciones de noviembre, por lo que necesita del apoyo de este partido. Por ello, considera que la decisión de la Corte Suprema puede forzar a acordar una nueva ley, porque sería eso o nada.

Queda por ver sin embargo el daño que podría provocar al Partido Republicano la anulación de una ley que cada vez cuenta con mayor respaldo popular. Sobre todo porque la batalla puede alcanzar su cenit justo antes de las elecciones de 2020, en las que Trump se juega su continuidad en la Casa Blanca.