Pese a la fiera oposición de Estados Unidos, y a las tensiones que ha provocado en Europa, finalmente 164 de los 193 países que pertenecen a las Naciones Unidas (ONU) han firmado un acuerdo, muy ambicioso en sus objetivos pero de no obligado cumplimiento, para regular las migraciones de forma segura y humanitaria.
“La migración irregular conlleva un terrible coste humano: un coste en vidas perdidas en peligrosas travesías a través de desiertos, océanos y ríos; y un coste en vidas arruinadas por traficantes, empleados sin escrúpulos y otros depredadores”, ha afirmado el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, durante la conferencia celebrada en Marrakech (Marruecos).
“Más de 60.000 migrantes han muerto durante su viaje desde el año 2000”, añadió, “es un motivo de vergüenza colectiva”.
Entre los países que no han firmado el acuerdo están Australia, la República Dominicana, Austria, Hungría o Polonia, pero la mayor oposición ha llegado del presidente estadounidense, Donald Trump, que ni siquiera ha participado en las negociaciones pese a que su predecesor, Barack Obama, fue uno de los impulsores.
El tratado se puso en marcha hace dos años cuando los 193 países de la ONU acordaron una declaración al respecto, reconociendo que ningún país puede hacer frente a este asunto en solitario. Sin embargo, Trump se descolgó de este consenso hace un año, asegurando que iba en contra de las políticas migratorias estadounidenses. En los últimos meses, además de defender la construcción de un muro en la frontera, el presidente ha enviado al Ejército a reforzar a los agentes migratorios para evitar que puedan entrar indocumentados.
Aquí puede leer, en español, todos los compromisos incluidos en este acuerdo.