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México humanizará trato para los más de 500.000 centroamericanos en tránsito

El canciller dijo que su país quiere "cambiar el paradigma migratorio desde una perspectiva humanitaria", tras reconocer que "hoy es muy difícil ir a México a estudiar y trabajar, y queremos facilitar (el proceso) para hacerlo legalmente, pues es un error poner a la gente fuera de la ley y precarizarlos".
Miembros de la caravana migrante caminan por Tijuana el 20 de noviembre de 2018
Miembros de la caravana migrante caminan por Tijuana el 20 de noviembre de 2018AP / AP

Javier Otazu

Marrakech (Marruecos), 10 dic (EFE).- México va a cambiar su tradicional enfoque "restrictivo" hacia la emigración para garantizar mejores condiciones al "más de medio millón anual" de centroamericanos que transitan anualmente por su territorio, según dijo el canciller Marcelo Ebrard en una entrevista con Efe.

Ebrard se encuentra en Marrakech para adoptar el "Pacto Global para una migración regular, ordenada y segura" y presentar de paso en este foro un plan integral de desarrollo para Centromérica junto a Guatemala, Honduras y El Salvador, de la mano de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Ebrard trajo a Marrakech un enfoque muy abierto hacia la emigración, consciente de las diferencias a este respecto con su vecino del norte, Estados Unidos, que se opuso al Pacto desde un primer momento y que no ha abandonado incluso su proyecto de levantar un muro en la frontera con México.

El canciller dijo que su país quiere "cambiar el paradigma migratorio desde una perspectiva humanitaria", tras reconocer que "hoy es muy difícil ir a México a estudiar y trabajar, y queremos facilitar (el proceso) para hacerlo legalmente, pues es un error poner a la gente fuera de la ley y precarizarlos".

Sostuvo que actualmente su país soporta un flujo migratorio "de más de medio millón de personas al año", de los que la famosa caravana centroamericana es solo una pequeña parte, y al respecto aseguró que su gobierno ya ha comenzado a prestarle apoyo humanitario, sobre todo a las 6.000 personas que se encuentran en Tijuana.

Ebrard llamó la atención al hecho de que casi un tercio de la caravana de Tijuana está formada por menores, algunos no acompañados, "y hay que poner mucha atención a eso", por lo que lo prioritario es que los niños estén atendidos, además de proveer condiciones sanitarias y albergue, y posteriormente trabajo.

Pero más allá de la cuestión urgente de la caravana, el nuevo gobierno mexicano "quiere hacer algo diferente" con la emigración, y por ello se ha asociado con tres gobiernos vecinos en un plan global de desarrollo para el sur de México, Guatemala, Honduras y El Salvador que ayude a las personas a asentarse en sus países en lugar de emprender un incierto viaje.

El plan fue presentado el 1 de diciembre y hoy será desarrollado en detalle en Marrakech; incluye propuestas para reducir el coste energético, promocionar el sector agropecuario reduciendo el impacto de una mala cosecha, como ha sucedido con el café, y mejorar la salud y la educación (solo en Honduras hay un 20% de analfabetos, recordó).

Ebrard dijo no disponer de las cifras globales del costo del plan, pero sí de las que supondrá solo para el sur de México: allí se van a necesitar 25.000 millones de dólares en los próximos cinco años.

"Hemos pedido ayuda a muchos países y hemos encontrado muy buena disposición", dijo, sin entrar en detalles.

Con respecto a la actitud que puede tener su vecino del norte, Estados Unidos -el deseado destino último de toda la emigración centroamericana-, sobre este plan de desarrollo, Ebrard no ocultó que le daría "muchísimo gusto" que se sumara a él, pero "si no desea participar, lo haremos nosotros solos: son decisiones de México".

El canciller evitó criticar frontalmente a Estados Unidos, un país con un enfoque migratorio totalmente opuesto, ni siquiera en referencia al muro que su presidente Donald Trump quiere construir en la frontera: "Es una decisión de ellos, ahí no podemos ni debemos participar", señaló.

Y sobre la negativa de Trump a sumarse al Pacto migratorio global de Marrakech desde el mismo principio, Ebrard dijo que no ve en el vecino flexibilidad: "No creo que podamos modificar decisiones propias de Estados Unidos, sería ingenuo pensarlo, pero nosotros hacemos lo que nos corresponde: suscribir el pacto y llevarlo a cabo".

Por último, y sobre la política exterior en general, Ebrard -nombrado hace solo una semana- dijo que su país va a buscar "una mayor presencia en el mundo, la que nos corresponde según el peso que el país tiene", y prometió "varias propuestas a nivel internacional y en la ONU". EFE

fjo/mah