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Le atizan influencers, clústers, bots. No hacen mella, por ahora: AMLO mantiene dominio en la red

Para López Obrador son las "benditas redes sociales" y a pesar de la resistencia que le oponen influencers, trolls y bots, sigue sentando los términos del discurso.
Andres Manuel Lopez Obrador
Andrés Manuel López Obrador, el día de su primera conferencia de prensa como presidente de México, el lunes 3 de diciembre.AP / AP

#MetaDatos | ¿Quiénes son los críticos de AMLO en las “benditas redes sociales”? ¿Quiénes sirven de contrapeso a la amplia aceptación que tiene el Presidente, al menos hasta ahora y según todas las encuestas? Hay una comunidad de trolls, bots e influencers que moviliza la agenda anti-AMLO en Twitter. También están los grupos “anticomunistas” y “conservadores”. Una mayoría combate desde el anonimato y desde allí promueve diferentes acciones. Unos operan como contrapeso con argumentos “legales”; otros recurren a la sátira.

Juntos hacen más contrapeso que el frente partidista opositor, que sigue desdibujado después de la derrota del 1 de julio.

Ciudad de México, 9 de diciembre (SinEmbargo).– En las llanuras de las “benditas redes sociales”, el centro de la batalla sigue siendo Andrés Manuel López Obrador, quien sigue blindado gracias a un fuerte apoyo orgánico que recibe de miles de usuarios–. El Presidente de México mantiene, como en campaña, un fuerte dominio sobre la conversación.

Como nunca antes en un proceso electoral federal en la Historia de México, la gente se volcó a las redes sociales para expresar su simpatía o repudio por los candidatos participantes. El Presidente de México es el más consciente de eso. Por ello, como ningún otro candidato presidencial en la Historia, ante la multitud reunida en el Zócalo de la Ciudad de México la noche del triunfo agradeció a los protagonistas de las “benditas redes sociales” por su apoyo.

AMLO mantiene un fuerte soporte en las redes sociales como hace un año, cuando la contienda presidencial empezaba. Con 71 por ciento de aprobación, de acuerdo con una encuesta de Parametría, AMLO obtuvo niveles históricos de popularidad incluso después de la elección federal del 1 de julio. En tanto, los partidos políticos tradicionales, que han predominado en la escena durante los últimos dos sexenios y que hoy son de oposición –Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido Acción Nacional (PAN) y Partido de la Revolución Democrática (PRD)– no sólo han perdido influencia política sino también seguidores.

De acuerdo con una encuesta publicada por el diario El Financiero en noviembre pasado, el PRI, el PAN y el PRD concentran el 17 por ciento del electorado nacional, en tanto que sólo Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) alcanza el 22 por ciento.

AMLO en el Zócalo el 1 de julio
El 1 de julio, en el Zócalo de la CdMx, AMLO agradeció a medios de comunicación: “Los medios de información no fueron, como en otras ocasiones, correas de transmisión para la guerra sucia”.Lopezobrador.org vía Sinembargo / Lopezobrador.org vía Sinembargo

El 1 de julio, en el Zócalo de la CdMx, AMLO agradeció a medios de comunicación: “Los medios de información no fueron, como en otras ocasiones, correas de transmisión para la guerra sucia”, afirmó. Y además reconoció a otras responsables de su triunfo: “También mi gratitud a las benditas redes sociales”, dijo. Foto: lopezobrador.org

Las redes sociales han sido el escenario de acción de grupos opositores al nuevo Gobierno. En constante conflicto con el lopezobradorismo y ante la crisis que enfrentan los partidos políticos de oposición, dichos grupos han asumido un papel crítico, alejado de la institucionalidad de los discursos priistas, panistas y perredistas y caracterizados por emerger de una dinámica propia de las plataformas digitales.

En medio de una intensa polarización, recurren a los memes, el trolleo, la sátira y el lenguaje agresivo para confrontar y emitir sus críticas.

Otros buscan en este espacio conformarse como agentes de oposición que desde un nacionalismo asumido como lo opuesto a las corrientes de izquierda, el chavismo y el comunismo, hacen frente a López Obrador.

En los últimos meses se han multiplicado en Twitter los clústers orientados a rechazar el triunfo de López Obrador y sus políticas de Gobierno. Las discusiones que articulan provienen de diferentes corrientes políticas, en donde prevalece la exaltación de expresiones conservadoras que tienen mayor éxito al impulsarse desde grupalidades que desde expresiones independientes.

Durante el periodo de transición, los grupos anti-AMLO coincidieron en la enunciación de diatribas desde el anonimato y con el cuidado de no mostrar afinidad con partidos políticos; esta es una tendencia que ha sido impulsada desde 2012 con el surgimiento del grupo Todos Unidos Contra AMLO (TUCAM) y que ha sido adoptada por nuevas agrupaciones como #Re_AcciónCiudadana, #Libre y otras más.

La conformación de clústers compuestos por grupos cuyos líderes emiten sus críticas protegidos por el anonimato ha sido determinante para que esta oposición adquiera visibilidad frente a la amplia comunidad de simpatizantes que mantiene López Obrador. El anonimato les ha sido útil para evitar el riesgo a ser identificados por sus adversarios e intensificar el nivel de confrontación.

Además de posicionar una agenda crítica hacia el nuevo Gobierno, algunos de estos grupos tienen por objetivo disipar el apoyo orgánico que en las “benditas redes sociales” mantiene blindado al Presidente de México.

Las etiquetas conformadas con frases agresivas han sido menos utilizadas en las últimas semanas y en su lugar se han aprovechado incidentes coyunturales para posicionar tendencias en las que se critican errores incluso mínimos, como la pronunciación con acento español del nombre de Justin Trudeau, Primer Ministro de Canadá, por parte de AMLO y que durante el 1 de diciembre se volvió tendencia con la etiqueta “Yustin Trudó”.

A esto se suman las confrontaciones con simpatizantes del político tabasqueño, la denuncia de cuentas, las respuestas agresivas, los insultos y el empleo de sobrenombres clasistas, que también se han vuelto eje de los discursos. Destaca, por ejemplo, el empleo de términos como “chairo” y “pejezombie”.