“El bebé estaba gritando por su vida”, explica Nyashia Ferguson, que fue quien publicó el vídeo en la red social Facebook, y “la señora estaba suplicando que la dejaran, yo pasé miedo”.
La señora es Jazmine Headley, de 23 años, que el pasado viernes acudió a una oficina de la Administración de Recursos Humanos, en Brooklyn (Nueva York) para pedir un cupón de ayuda social con el que pagar a alguien para que atendiera durante un día a su hijo de un año de edad.
La oficina, adonde acuden personas a solicitar cupones de comida y otras ayudas sociales, estaba repleta de gente ese día, según informa el diario The Washington Post, y no había sillas disponibles, así que la mujer se sentó en el suelo para hacer frente a una espera de dos horas.
Un guarda de seguridad la confrontó, según ha relatado un testigo a la agencia de noticias Associated Press, y cuando ella se negó a irse, la policía fue avisada.
Headley terminó en el suelo, intentando evitar sin éxito que los agentes le arrancaran a su bebé de los brazos por la fuerza entre el horror de los presentes, alguno de los cuales llegó a increpar a los agentes para que la dejaran en paz.
El vídeo muestra como un policía llega a desenfundar una pistola aturdidora y apunta con ella a los enojados ciudadanos que le rodean.
La madre terminó siendo detenida, acusada de obstrucción de una administración gubernamental, resistencia al arresto, invasión de la propiedad, y de poner en riesgo el bienestar de su hijo. Este lunes seguía en la cárcel, porque pesa sobre ella una orden de arresto en Nueva Jersey.
La Oficina de la Abogacía Pública de Brooklyn ha instado a la Fiscalía a retirar los cargos, preguntándose por qué se implicó a la policía. Y el presidente del buró de Brooklyn, Eric Adams, Eric Adams, ha asegurado que no había sido la madre sino los policías los que pusieron en peligro al niño con un arresto que es “una infamia para toda la ciudad”.
El Departamento de Policía, por su parte, que ha reconocido que el arresto fue “problemático”, ha indicado que fueron los guardas de seguridad los que lanzaron al suelo a la mujer, aunque Ferguson, la mujer que grabó el vídeo, lo niega.