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Van dos en un mes. Otro reo rechaza la inyección letal y elige morir electrocutado

David Miller, ejecutado por asesinar en 1981 a una mujer con discapacidad mental con la que salía, dijo antes de morir que la silla eléctrica es "inconstitucional" pero que la inyección letal es "todavía peor"
Foto de archivo del director en 1999 de la Institución de Seguridad Máxima de Riverbend en Nashville, Tennessee.
Foto de archivo del director en 1999 de la Institución de Seguridad Máxima de Riverbend en Nashville, Tennessee.AP / AP

El estado de Tennessee ha ejecutado este jueves en la silla eléctrica a David Miller, el segundo preso en poco más de un mes que prefirió morir electrocutado que con una inyección letal, en su caso estaba condenado por matar a en 1981 a Lee Standifer, una mujer de 23 años, con discapacidad intelectual con la que salía. En documentos judiciales previos a su ejecución, Miller dijo que la silla eléctrica es "inconstitucional" pero que la inyección letal es "todavía peor".

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Tras casi cuatro décadas encerrado por ese crimen, Miller era el preso más veterano de los cerca de 60 que hay en el corredor de la muerte en este estado sureño. Tennessee y otros ocho estados conservan todavía la silla eléctrica como método secundario de ejecución en caso de que los presos la prefieran a la inyección letal, que es la primera opción en todo el país, o que ésta no esté disponible.

Su uso, sin embargo, es minoritario y en la última década tan solo dos presos habían sido ejecutados así hasta que el pasado 1 de noviembre, también en Tennessee, Edmund Zagorski prefirió la silla a la inyección letal.

El reo, de 61 años, ha sido declarado muerto a las 19.25 CT tras recibir dos descargas eléctricas en la Institución de Máxima Seguridad Riverbend, en Nashville, según notificó el departamento Correccional de Tennessee.

Primero recibió una descarga de 1.750 voltios durante 20 segundos, seguida por una pausa de 15 segundos y una segunda descarga también de 1.750 voltios de 15 segundos antes de ser declarado muerto.

Anoche, el estado de Tennessee le sirvió a Miller una última cena que el preso había pedido con un presupuesto máximo de 20 dólares y que consistió en pollo frito, puré de papas, galletas y café.

La de Miller fue la tercera ejecución del año en Tennessee y la número 23 en todo el país, las mismas que en 2017. Desde que el Tribunal Supremo restituyó la pena de muerte cuatro décadas atrás han sido ejecutadas 1.488 personas, nueve de ellas en Tennessee.