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Un hotel de Trump se benefició de dinero de un príncipe acusado de asesinato

El presidente está acusado de aceptar pagos de un príncipe acusado de descuartizar brutalmente a una persona. Le explicamos cómo puede afectar este caso a Trump.
Trump camina junto al príncipe Mohammed bin Salman el 30 de noviembre durante la cumbre del G-20 en Buenos Aires.
Trump camina junto al príncipe Mohammed bin Salman el 30 de noviembre durante la cumbre del G-20 en Buenos Aires. AP / AP

El presidente, Donald Trump, está acusado en dos procesos judiciales a nivel federal de violar la Constitución por haber aceptado presuntamente pagos inapropiados de Gobiernos extranjeros, según informa el diario The Washington Post. Ese dinero provendría en concreto de Arabia Saudí, a cuyo príncipe heredero, Mohammed bin Salman, se niega a castigar por el asesinato de un periodista en contra del dictamen de los servicios secretos y del Senado.

Grupos de presión cabilderos en representación del Gobierno saudí pagaron unas 500 noches en el hotel de lujo de Trump en Washington DC (que él se encargó en promocionar durante la campaña) en los tres meses siguientes a las elecciones presidenciales de 2016 que le llevaron a la Casa Blanca, según el diario.

Este gasto formó parte de una campaña para invitar a veteranos militares estadounidenses a hoteles de la capital para enviarles luego a hacer presión al Congreso contra una ley a la que se oponía el Gobierno saudí. En total, gastaron más de 270.000 dólares en el hotel Trump International, propiedad del presidente, durante seis viajes de este tipo, según el citado diario.

Los cabilderos han explicado que eligieron ese hotel porque ofrecía descuentos y tenía habitaciones disponibles, y no por favorecer al recién electo presidente. Cada habitación en el establecimiento costaba de media 768 dólares.

Algunos veteranos han explicado al diario que no sabían que Arabia Saudí estaba detrás de esos viajes, y dicen sentirse utilizados por duplicado: para favorecer los intereses de ese país, y para crear negocio para un hotel presidencial. “Sólo fuimos usados para dar dinero a Trump”, se lamenta Henry García, veterano texano de la Marina.

Arabia Saudí ha recibido una condena internacional casi unánime por la muerte de Jamal Khashoggi, colaborador del diario The Washington Post muy crítico con el príncipe Mohammed bin Salman. El periodista acudió el pasado 2 de octubre al consulado de su país en Estambul (Turquía). No salió vivo: fue salvajemente asesinado y descuartizado por un equipo de matarifes enviados desde Arabia Saudí, según la CIA, por orden del príncipe. Arabia Saudí intentó negar y ocultar el crimen, pero la presión encabezada por el Gobierno turco terminó por llevarle a reconocer la muerte y detener a los supuestos responsables.

El Senado está convencido de que Bin Salman está detrás de este crimen, pero Trump considera “una tontería” imponer sanciones económicas a Arabia Saudí. “¡Pudo hacerlo o pudo no hacerlo!”, argumentó el presidente sobre la responsabilidad del príncipe, pero “¡Estados Unidos es lo primero!” y, al fin y al cabo, “¡el mundo es un lugar muy peligroso!”. Días después de este inusual comunicado, el presidente se felicitó de que el precio del petróleo bajara, y se lo agradeció a Arabia Saudí.