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Aviones de fibra de carbón, barcos atuneros: testigo detalla estrategias de El Chapo para despistar

Germán Rosero, que actuaba como enlace del cartel colombiano del Valle del Norte y el de Sinaloa, aseguró que fue testigo del traslado entre Colombia y México de envíos de cocaína por valor de 80 o 90 millones de dólares

el abogado colombiano germán rosero, un nuevo testigo en el juicio contra joaquín guzmán loera, alias "el chapo", detalló hoy diversas reuniones que mantuvo con el líder del cártel de sinaloa, entre 2003 y 2006, así como los envíos millonarios de cocaína que requería.

rosero, que actuaba como enlace del cartel colombiano del valle del norte y el dirigido por "el chapo", explicó en su segundo día de testimonio ante la sala presidida por el juez brian cogan en brooklyn, nueva york, los diferentes encuentros que mantuvo con el acusado "en las montañas", siempre con una metodología similar: primero hablaba con un facilitador que lo ponía en contacto con el narcotraficante.

después, era llevado a un hotel donde lo recogían y lo llevaban a un avión que lo trasladaba a las montañas.

rosero detalló la clase de pistas de tierra que utilizaban para el aterrizaje, con una inclinación especial para facilitar la desaceleración y la aceleración, así como los encuentros con guzmán loera, a los que acudía con diversas armas.

en uno de ellos, explicó el testigo, se trataba de un fusil ak-47 chapado en oro y con incrustaciones de piedras preciosas. reseñó que a el chapo le encantaban las gorras de béisbol y que en más de una ocasión lo vio llevar una de color azul.

asimismo, explicó que en 2003 actuó como intermediario en el traslado entre colombia y méxico de envíos por un total de entre 10 y 12 toneladas de cocaína, lo que suponía unos 80 o 90 millones de dólares americanos.

el gran "éxito" de estos envíos de cocaína favoreció que en 2004 se pusieran en marcha varios cargamentos de hasta 12.500 kilos cada uno.

explicó que usaban bajadores -se encargaban de bajar el dinero proveniente de la venta de cocaína de méxico a colombia-  a los que les daba un número de teléfono con códigos “quien habla” “de parte de quien” y se decía cuánto dinero tenían. en un principio bajaban solo 500 mil cada uno de ellos, pero el negocio fue tan lucrativo que en ocasiones llegaron hasta llevar un millón de dólares.

por otro lado, relató que la razón por la que casi nunca repetían la marca impresa en la coca era para despistar a las autoridades en caso de que los cargamentos fueran decomisados. si tenían la misma marca era más que obvio que provenian del mismo proveedor.
a medida que el negocio fue creciendo, cambiaron de lanchas rápidas a barcos atuneros para transportar droga para que pudieran alejarse del continente y no ser detectados. de hecho, el chapo en ocasiones utilizaba aviones de fibra de carbón para él, su gente y su droga para no ser detectados.
la sesión sigue con el interrogatorio de la defensa y rosero explicará su implicación en el negocio hasta que lo abandonó en diciembre de 2006.