IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

¿Quiere pedir asilo en Estados Unidos? Cada vez es más difícil, sobre todo si viene de estos países

Con Trump en la Casa Blanca, los jueces de inmigración rechazan la mayoría de peticiones de asilo. Pero si viene usted de alguno de estos países, las posibilidades son aún menores
A la izquierda, dos niños llegados a la frontera en la caravana de inmigrantes centroamericanos. A la derecha, imagen de archivo de Trump.
A la izquierda, dos niños llegados a la frontera en la caravana de inmigrantes centroamericanos. A la derecha, imagen de archivo de Trump. AP / AP

Las cortes de inmigración están rechazando las solicitudes de asilo presentadas por inmigrantes a un nivel nunca antes registrado en la historia, según un informe del centro TRAC de la Universidad de Syracuse.      

El 65% de todas las peticiones son rechazadas, cuando en 2012 sólo eran el 42%. Las cifras son aún peores para algunos países: el 85% de las peticiones de mexicanos son rechazadas; el 81% de guatemaltecos; el 79% de hondureños; y el 76% de salvadoreños.

¿Cómo funciona el sistema de asilo? Cualquier inmigrantes que llega a la frontera estadounidense tiene derecho a solicitar asilo. El presidente, Donald Trump, ha firmado una orden ejecutiva que retira este derecho a los que crucen ilegalmente, para forzar así que todos los inmigrantes acudan a los puertos de entrada; sin embargo, una corte federal ha congelado por el momento esta orden.

Para solicitar asilo, los inmigrantes deben pasar primero una prueba de miedo creíble, en la que demuestren que temen por su vida si regresan a su país de origen porque allí son perseguidos por su raza, religión, nacionalidad, opiniones políticas o pertenencia a un grupo social determinado. Aproximadamente nueve de cada 10 inmigrantes que lo intentan consiguen pasar esta prueba.

Obtienen así derecho a presentar su caso ante una corte de inmigración; entre tanto, se les permite quedar en libertad, porque las autoridades migratorias no tienen plazas suficientes en centros de detención para hacer frente a la llegada de personas en la frontera. Actualmente hay casi 45.000 detenidos, aunque el número máximo de plazas en centros de detención es 40.000; pero cada mes llegan más de 60.000 inmigrantes a la frontera.

Hasta que llega el momento de presentarse ante la corte, los inmigrantes quedan así en libertad. Esa cita puede alargarse años, puesto que las cortes de inmigración sufren un retraso superior al millón de casos por resolver, colapsadas por la llegada masiva de inmigrantes y por la decisión de Trump de reabrir casos que estaban congelados para forzar más deportaciones.

Llegado el momento, la corte de inmigración deberá examinar si concede el asilo al inmigrante, u ordena que sea devuelto a su país. En 2012, con el demócrata Barack Obama en la Casa Blanca, seis de cada 10 inmigrantes lograban asilo; en 2018, lo consiguen apenas tres de cada 10. Las jueces de inmigración son independientes pese a que dependen del Departamento de Justicia, pero deben obedecer las directivas y cambios normativos que aprueba el fiscal general.

El pasado año fiscal (del 1 de octubre de 2017 al 30 de septiembre de 2018), las cortes de inmigración decidieron sobre 42.224 casos, según el centro TRAC. Esa cifra casi duplica la de hace dos años, gracias a los esfuerzos del Gobierno por aligerar el colapso de las cortes (con nuevos jueces y directrices para acelerar los procesos). “Me preocupa que el derecho a un proceso justo esté en peligro”, ha explicado a la cadena ABC el analista Aaron Reichlin-Melnick, “las peticiones de la gente están siendo rechazadas no porque sea invalidas sino porque no hay tiempo suficiente como para reunir pruebas y defenderlas en un entorno que busca la velocidad”.