Se los llevó la corriente, literalmente.
Tara Myers llevó a su hijo de 7 años, Brennan, a la isla de Anna Maria en el condado costeño floridano de Manatee, para disfrutar de un día de sol el pasado 21 de octubre, según reporta la emisora WFLA.
Myers y su hijo se llevaron consigo un gigante cisne flotante. Minutos después de montarse en él, la corriente los empujó a unas millas de la costa.
"No estaba segura si nos íbamos a ir a la deriva porque la costa se veía cada vez más y más lejos", dijo Myers a WFLA.
Myers, quien va con frecuencia a la playa, intentó de remar hacia la orilla, pero sus esfuerzos fueron en vano y se comenzó a cansar.
“Estaba agotada y no íbamos para ningún lado”, dijo Myers.
Otras bañistas vieron como se adentraba el cisne en el mar y llamaron a 911.
“Literalmente solo me eché en el cisne flotante a llorar”, dijo Myers de cuando vio de lejos a las luces del equipo de rescate. “Esto ha podido terminar tanto peor, y no quería que él (su hijo) supiera que estaba asustada”.
Ahora advierte a otros sobre el posible riesgo de llevar juguetes inflables consigo a la playa.
“No vale la pena. Ponerse a sí mismos en esa posición”, dijo Myers. “Más nunca me monto en uno de esos inflables de nuevo”.
¿Y el cisne?, terminó en la basura, contó Myers entre risas.