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Trump restringe el derecho al asilo y presiona a México para acoger a todos los inmigrantes centroamericanos

El presidente quiere que todos los inmigrantes que lleguen a la frontera sur tengan que pedir asilo en México en vez de Estados Unidos.

El presidente, Donald Trump, ha firmado este viernes una orden que prohíbe tramitar las peticiones de asilo a los inmigrantes que crucen la frontera de forma ilegal.

La medida entrará en vigor el sábado, no afectará a los inmigrantes que ya están en el país, y durará en principio de tres meses, aunque podría extenderse hasta que Estados Unidos firme un tratado con México que le permita deportar a este país a los solicitantes de asilo (al considerar que allí estarán a salvo y no deberán pues temer por sus vidas). Por ahora, México se opone a un acuerdo de este tipo, que obligaría a los inmigrantes centroamericanos a pedir asilo en ese país en vez de en Estados Unidos.

Esta restricción del derecho a asilo contraviene la ley estadounidense, pero el presidente ha invocado sus poderes especiales para defender la seguridad nacional, ante la llegada inminente de una caravana con miles de centroamericanos.

Previsiblemente, éstos se dirigirán pacíficamente a los puertos de entrada, pero eso no ha impedido al presidente blindar la frontera con miles de soldados y decretar una medida especial que ya ha sido contestada ante la justicia por la Unión Americana de Libertades Civiles ("Nos veremos en la corte", ha afirmado en la red social Twitter).

Lo mismo ocurrió cuando, al inicio de su mandato en 2017, Trump vetó la entrada de inmigrantes de algunos países de mayoría musulmana; ahora, sin embargo, cuenta con lograr el respaldo de la Corte Suprema, de mayoría conservadora tras los dos últimos nombramientos realizados por el presidente.

“Necesitamos a gente en nuestro país”, ha dicho Trump este viernes, justo antes de salir de viaje hacia París (Francia), “pero tienen que venir legalmente y tienen que tener méritos”.

Trump confundía así el derecho de los inmigrantes a pedir un visado para entrar, trabajar y ser felices en este país, algo para lo que sí se piden méritos profesionales, con el derecho de cualquier persona que llegue a la frontera de pedir asilo si es perseguida y teme por su vida en razón de su raza, religión, nacionalidad, opinión política o pertenencia a un grupo social particular.

El presidente ha explicado que el motivo de la medida aprobada hoy es “canalizar a los inmigrantes” de la caravana hacia los puertos de entrada, de forma que, sí entran en Estados Unidos, lo hagan de forma ordenada y controlada en vez de ilegal”. Trump ha anunciado también un refuerzo de los efectivos en los puertos de entrada, que están ya colapsados por el incremento de llegadas (en especial, de familias centroamericanas) y los nuevos sistemas de control (toma de huellas dactilares).

La medida también debería servir, según fuentes de la Casa Blanca al diario The Washington Post, para aliviar las cortes de inmigración, que acumulan un retraso superior a un millón de casos por examinar, según la Universidad de Syracuse.