IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

Trump ataca a la libertad de prensa con insultos, mentiras y veto a un periodista

“Eres una persona grosera, horrible”, le ha dicho el presidente al corresponsal de CNN. Luego le ha impedido la entrada a la Casa Blanca bajo una gravísima pero falsa acusación

El presidente, Donald Trump, ha intensificado este miércoles sus ataques contra la prensa, insultando a un periodista y vetando después su acceso a la Casa Blanca. “Eres una persona grosera, horrible”, ha espetado Trump al reportero Jim Acosta, de la cadena CNN, durante la rueda de prensa de esta tarde sobre los resultados de las elecciones celebradas ayer. Apenas unas horas después, le ha impedido la entrada en la Casa Blanca, retirándole su credencial periodística.

Acosta había preguntado a Trump sobre la caravana de centroamericanos que se dirige a Estados Unidos, cuestionando además el anuncio racista emitido durante la campaña electoral contra los inmigrantes en general. El presidente trató de impedirle preguntar nuevas preguntas, pero Acosta siguió insistiendo y se aferró al micrófono cuando una empleada de la Casa Blanca intentó quitárselo para dárselo a otro periodista.

A tenor de las imágenes, Acosta en ningún momento tocó de ninguna manera a la empleada. Sin embargo, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sander, ha alegado en un comunicado que Acosta “puso sus manos sobre la joven mujer que, como becaria de la Casa Blanca, estaba haciendo su trabajo”. De nuevo, según se desprende de las imágenes, fue la mujer la que intentó quitarle el micrófono por la fuerza, y el periodista sencillamente se aferró al micrófono.

El comunicado de la Casa Blanca, que glosa el supuesto respeto del presidente por la prensa pese a que en repetidas ocasiones se ha referido a ella como “enemiga del pueblo”, califica a Acosta como “repulsivo”, y su comportamiento como “indignante”. De las imágenes sólo se puede deducir que Acosta hizo una pregunta y luego insistió en hacer dos más, dirigiéndose siempre al presidente (y a la empleada de la Casa Blanca) con las fórmulas de respeto habituales.

Trump se mostró en la rueda de prensa más agresivo e irritado que antes de las elecciones, que calificó de “éxito” pese a haber perdido la Cámara de Representantes. El periodista de CNN le dijo: “La caravana no es una invasión, es un grupo de migrantes que avanza hacia la frontera procedentes de Centroamérica”. Trump respondió irónicamente: “Gracias por decírmelo, lo aprecio”.

Luego hubo una serie de intercambios de opinión en el que ambos se interrumpieron, discutiendo si Trump demonizaba o no a los inmigrantes. La exasperación del presidente se hizo notar cuando le dijo al reportero: “Honestamente, creo que deberías dejar que me ocupe del país, tú ocúpate de CNN, y si lo hicieras bien, bueno tus ratings serían mucho mejores”.

Acosta después le preguntó acerca de la investigación sobre su posible colusión con autoridades rusas para intervenir en las elecciones de 2016. Trump reviró de inmediato diciendo que no había nada que preguntar porque era una farsa. Luego añadió: “Eso es suficiente, deja el micrófono”.

Después de eso, el periodista Peter Alexander, de la cadena NBC, le dijo a Trump que su colega era “un reportero diligente que se parte el lomo”. A lo que el presidente respondió con voz airada: “Bueno, yo tampoco soy muy fan tuyo, para ser honesto”. “Cuando informan noticias falsas, lo que CNN hace mucho, son el enemigo de la gente” remató Trump.

CNN respondió luego  los comentarios del presidente mediante un comunicado: “Los continuos ataques de este presidente hacia la prensa han ido demasiado lejos. No sólo son peligrosos, son perturbadoramente antiamericanos”. Poco después, la Casa Blanca respondía vetando al periodista.