Miles de inmigrantes centroamericanos están llegando a la Ciudad de México, agotados tras horas de camino para cubrir uno de los tramos más largos de la caravana que se dirige desde hace semanas hacia la frontera estadounidense.
“Es una escala para esperar mientras nos abren el camino para el norte”, ha explicado José Hueso, un soldador hondureño de 51 años. “Queremos llegar a Estados Unidos, pero sobre todo un trabajo digno donde sea”, ha indicado Marío Madrid, un agricultor hondureño de 46 años que viaja con su esposa e hijo de 11 años.
Medio millar de inmigrantes llegaron a última hora del domingo y pasaron la noche en los bancos de cemento del estadio Jesús Martínez, donde se les sirvió comida. Allí podrán quedarse, alojados en carpas, tanto cuanto necesiten, según Nashieli Ramírez, de la Comisión de Derechos Humanos de la capital mexicana.
Las autoridades locales esperan la llegada de hasta 5.000 inmigrantes centroamericanos. En las últimas horas el goteo de llegadas ha sido constante: algunos viajeros descansaban al sol, grupos de niños jugaban y otros aprovecharon unos grandes contenedores con agua para bañarse o lavar ropa.
Los presidentes de Honduras, Juan Orlando Hernández, y de Guatemala, Jimmy Morales, se reunieron este lunes en Tegucigalpa y solicitaron una investigación sobre quién está detrás de la organización de la caravana, e invitaron a Estados Unidos a sumarse a las pesquisas. “Esto no debe ser solo investigado, sino las personas deben ser juzgadas en base a las leyes internacionales”, dijo Morales.
Hernández aseguró que 6.400 hondureños han regresado a su país tras la puesta en marcha de un plan gubernamental para facilitar su retorno. Según sus cálculos, cuatro inmigrantes de ese país han fallecido durante el viaje y varios (no precisó cifras) niños y adultos han desaparecido.
Un centenar de personas han sido reportadas como desaparecidas en el estado de Veracruz al perderse el rastro de dos camiones que abordaron en Ciudad Isla, según denunció la Defensoría de Derechos Humanos de los Pueblos de Oaxaca.
Detrás de esta caravana marchan otras dos más, de un millar de inmigrantes cada una, que se dirigen también hacia Estados Unidos. La Secretaria mexicana de Gobernación calcula que cerca de 5.000 centroamericanos cruzan ahora el país en dirección a Estados Unidos, donde el presidente, Donald Trump, ha ordenado desplegar al Ejército en la frontera.