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Tribunal Superior Electoral declara como ganador de las elecciones presidenciales en Brasil al ultraderechista Jair Bolsonaro

Bolsonaro, un capitán de la reserva del Ejército que defiende la dictadura que imperó entre 1964 y 1985 y es conocido por opiniones controversiales, estuvo al frente de todas las encuestas desde hace meses.

El ultraderechista Jair Bolsonaro ganó este domingo las elecciones presidenciales en Brasil y sucederá al mandatario Michel Temer el próximo 1 de enero, para gobernar el país hasta 2022.  Con 94% de los votos contabilizados, Bolsonaro ganó el 56% de los votos válidos, según el Tribunal Superior Electoral. Fernando Haddad, candidato del izquierdista Partido de los Trabajadores obtuvo un 44% del voto.

Bolsonaro, un capitán de la reserva del Ejército que defiende la dictadura que imperó entre 1964 y 1985, estuvo al frente de todas las encuestas desde hace meses.

Ha prometido mano dura contra la delincuencia y permitir la venta de armas para civiles, así como ha anunciado una línea neoliberal en la economía, con privatizaciones y una fuerte disminución del tamaño del Estado. 

Haddad entró en campaña el pasado 11 de septiembre, cuando fue anunciado como sustituto de Luiz Inácio Lula da Silva, hasta ese momento candidato del PT pero vetado por la justicia electoral por su condición de presidiario y por estar condenado a doce años por corrupción.

En la primera vuelta celebrada el pasado 7 de octubre, Bolsonaro ganó con un 46 % de los votos, y Haddad quedó en el segundo lugar, con un 29 %, entre un total de trece candidatos. 

Bolsonaro, de 63 años, fue diputado por casi tres décadas y ha sido elegido presidente en representación del Partido Social Liberal (PSL), una formación minúscula hasta ahora, pero que en las legislativas del pasado 7 de octubre consiguió 52 de los 513 escaños en la Cámara de Diputados.

El grupo del PSL sólo será superado en la próxima legislatura por el del PT, que tendrá 56 diputados en una cámara totalmente fragmentada y en la que estarán representados 30 partidos, que en su mayoría se han manifestado favorables a Bolsonaro.

El pasado 6 de septiembre, en medio de la campaña para la primera vuelta, Bolsonaro fue apuñalado en medio de un mitin y permaneció hospitalizado durante 23 días.

Las heridas obligaron a los médicos a someterle a dos operaciones y lo mantuvieron hospitalizado durante 23 días, lo que interrumpió su campaña en las calles, que desde entonces se limitó a las redes sociales.

También debido a su situación de salud, desistió de participar en los cuatro debates que lo habrían enfrentado a Haddad en televisión durante la campaña para la segunda vuelta.

Haddad criticó esa postura, sobre todo después de que los médicos liberaron a Bolsonaro para estar presente en los debates.

Aún así, el candidato de la ultraderecha se escudó en su salud, aunque en algún momento también admitió que no participar en esos encuentros con Haddad respondía a una "estrategia política".

Pese al verbo provocador que marcó su campaña, se mostró conciliador tras la victoria y prometió apego a la Constitución.

"Mi Gobierno será defensor de la Constitución, de la democracia y de la libertad. No es la promesa de un partido, es un juramento a Dios", afirmó Bolsonaro tras confirmarse su victoria. 

Bolsonaro hizo su primer pronunciamiento desde su residencia en Río de Janeiro, donde permaneció las últimas semanas, tras haber sido dado de alta en un hospital en el que estuvo 23 días después de ser acuchillado. 

Prometió "estimular las inversiones", "eliminar lo mas rápido posible el déficit público" y reducir el tamaño del Estado, a fin de dar libertades plenas a la iniciativa privada, la cual cree que debe ser el verdadero motor de la economía.

Garantizó que su política exterior acabará con las "tendencias ideológicas", acercará a Brasil a los países más desarrollados y recuperará el "respeto internacional".

Una vez confirmada su victoria, Amnistía Internacional (AI) y Human Right Watch (HRW) difundieron notas en las que le exigieron respeto a los derechos fundamentales de los brasileños, al tiempo que Greenpeace le subrayó la necesidad de proteger la Amazonía en otro comunicado.