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El ultraderechista Bolsonaro triunfa en las presidenciales de Brasil pero va a segunda vuelta

El ultraderechista ha logrado un 46,3% de los votos frente a su rival, Fernando Hadad del Partido de los Trabajadores, quien obtuvo 28,8%. Se enfrentarán en una segunda vuelta el próximo 28 de octubre
El candidato presidencial, Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal, tras votar este domingo en una mesa electoral en Río de Janeiro, Brasil.
El candidato presidencial, Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal, tras votar este domingo en una mesa electoral en Río de Janeiro, Brasil.AP / AP

El exmilitar ultraderechista y nostálgico de la dictadura, Jair Bolsonaro, ha arrasado este domingo en las elecciones presidenciales de Brasil, con un 46,3% de los votos frente a su rival, Fernando Hadad del Partido de los Trabajadores, quien obtuvo 28,8%, según ha informado el Tribunal Superior Electoral  a última hora del domingo. El margen ha sido grande entre ambos y tendrán que enfrentarse en una segunda vuelta el próximo 28 de octubre.

Aunque la jornada se ha celebrado con tranquilidad, el proceso electoral estuvo marcado por un intenso descontento hacia la clase gobernante tras años de turbulencia política y económica. Dos grandes hechos marcaron el camino: el político más popular del país, Lula da Silva, vio rechazada su candidatura después de que la justicia penal lo condenara a prisión por corrupción y lavado de dinero, mientras que Bolsonaro sufrió el ataque con cuchillo a un mes de los comicios. 

“Juntos reconstruiremos el nuevo Brasil”, ha duchi Bolsonaro a través de una transmisión de Facebook Live poco antes de que la autoridad electoral diera su anuncio. Más de 300 mil personas observaban su mensaje en vivo. “Vamos a sacar de encima el Estado para quien produce”, ha agregado. “Vamos a valorizar las fuerzas armadas, la policía. Tenemos cómo cambiar el destino de Brasil”.

Bolsonaro es un legislador con 27 años en el Congreso y un excapitán del ejército conocido por sus insultos a las mujeres y a los gays y sus llamados a reprimir la delincuencia, dándole más garantías a las fuerzas de seguridad.

“Quiero que Brasil se libre del comunismo. Espero que pueda ganar en primer turno. Tengo miedo de que haya fraude contra él si no”, ha dicho a AP, Anderson Broner, corrector de inmuebles de 39 años. Los seguidores del “mito”, como apodan a Bolsonaro, agitaban banderas de Brasil y cantaban el himno nacional. En su mayoría estaban vestidos con camisetas de la selección de fútbol y otras de color amarillo.

En el tramo final de la campaña, el PT subió el tono contra Bolsonaro al advertir al electorado que, con su elección, la democracia estaría en peligro. 

Quien resulte electo en la segunda ronda dirigirá un país sumido en una crisis económica y política, aún conmovido por el caso Lava Jato, el mayor esquema de corrupción en la historia de país develado a partir de 2014.

Bolsonaro habla de un Brasil al borde del colapso donde narcotraficantes y políticos roban impunemente y reina la amoralidad. Se ha manifestado a favor de flexibilizar las leyes de tenencia de armas para que la gente pueda protegerse, darle rienda suelta a la policía y restablecer "valores tradicionales", una frase que ha causado desasosiego debido a sus halagos hacia la época de la dictadura y sus insultos contra las mujeres, los negros y los gays.

Mientras tanto, Haddad y el PT han retratado un país apropiado por una élite que protegerá sus privilegios a todos los costos y que no puede soportar que mejoren las vidas de los pobres y la clase trabajadora. Haddad ha prometido dar marcha atrás a las reformas económicas del presidente Michel Temer que dice que han deteriorado los derechos de los trabajadores, para aumentar la inversión en programas sociales y recuperar los años de auge que Brasil tuvo bajo su mentor, Lula.

Atrapados entre ambos, están los brasileños que los consideran símbolos de un sistema roto.

“Si Haddad o Bolsonaro ganan, la polarización no se va a acabar. Creo en un cambio, por fuera de los extremos”, opinó Danielle Palomo, 29 años, economista, a la salida de un centro de votación en Copacabana, en la zona sur de Rio. Palomo apostaba en que el izquierdista Ciro Gomes, tercero en las encuestas, llegara a la segunda ronda.