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Sexo, cerveza, un testigo clave, el FBI y un calendario escolar: así se defendió el juez Kavanaugh

Estas son las cinco claves que pueden decidir el futuro del candidato a la Corte Suprema, que reconoce que le gusta mucho la cerveza y que era virgen cuando ocurrió el supuesto abuso sexual.

“Nunca lo he hecho. No es quien soy ni quien era. Soy inocente de este cargo”, se ha defendido bajo juramento el juez Brett Kavanaugh ante el Senado de la acusación de abuso sexual. El Comité Judicial debe decidir a primera hora del viernes si cree sus palabras, y le confirma como magistrado de la Corte Suprema, o si vota en contra y obliga al presidente, Donald Trump, a elegir a otro candidato.

Éstos son los argumentos con los que Kavanaugh niega la denuncia de la doctora Christine Blasey Ford sobre lo ocurrido en una fiesta en verano de 1982, cuando ambos eran adolescentes, y el juez presuntamente la manoseó, intentó desnudarla, le tapó la boca y, según la denunciante, intentó violarla.

Los calendarios. El juez ha guardado durante 36 años los calendarios que tenía en la escuela secundaria de los meses de mayo a agosto de 1982. Su explicación es que su padre, “su modelo”, también lo hizo. Ahora, Kavanaugh está usando esos calendarios como prueba de que la fiesta en la que supuestamente ocurrió el asalto sexual no tuvo lugar, puesto que, si hubiera tenido lugar, la habría incluido sin ninguna duda en su calendario. Sin embargo, el formato elegido por el Comité Judicial del Senado ha impedido que la fiscal Rachel Mitchell, que sí interrogó a Ford, pudiera preguntar a Kavanaugh de igual forma para comprobar su versión.

El alcohol. “Me gusta la cerveza, pero nunca bebí tanto como para perder la conciencia y asaltar sexualmente a nadie”, ha declarado Kavanaugh, “si cualquier estadounidense que bebe cerveza o bebió cerveza en la escuela es acusado de abuso sexual, estaríamos en un lugar feo en este país”. “Como estudiantes de secundaria, hice cosas tontas”, ha reconocido, pero “nunca he asaltado sexualmente a nadie, nunca”.

Cuestionado por la fiscal, Kavanaugh ha reiterado: “Bebía cerveza en la escuela, me gusta, aún me gusta, y a veces bebí demasiadas cervezas”. ¿Cuántas son demasiadas? “No lo sé”, ha admitido entre sonrisas incómodas. Ha afirmado que pudo desmayarse alguna vez por beber demasiado, pero nunca perdió la conciencia de lo que hacía, nunca nadie le contó que había hecho algo que era incapaz de recordar, y nunca se levantó en un sitio sin saber cómo había llegado allí.

El sexo. “Nunca tuve sexo ni nada parecido en la escuela y por muchos años”, ha explicado Kavanaugh, aunque eso no desmentiría las acusaciones de asalto sexual puesto que la doctora Ford afirma que logró escapar antes de ser violada.

Un testigo clave. Mark Judge, su “amigo en la escuela secundaria”, estaba según la doctora Ford en la habitación donde se produjo el supuesto asalto. El Comité Judicial, controlado por el Partido Republicano, se ha negado a hacerle comparecer bajo juramento. La abogada de Judge ha enviado una declaración al Senado negando haber estado en esa habitación, en esa fiesta. Preguntado si le gustaría que compareciera, Kavanaugh no ha dicho que sí, aunque Judge podría aclarar qué ocurrió en aquella fiesta.

El FBI. Tampoco ha dicho Kavanaugh que sí le gustaría que el FBI investigara los hechos cuando la fiscal le ha preguntado al respecto. De hecho, el senador Dick Durbin le ha vuelto a preguntar, sí o no, quiere una investigación del FBI. El juez se ha quedado mirándole durante unos segundos en silencio. No ha dicho ni sí ni no. La doctora Ford sí ha pedido que el FBI investigue lo ocurrido. El Comité Judicial, controlado por los republicanos, se ha negado a impulsar una investigación del FBI sobre la denuncia de Ford.