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Este hombre estaba paralizado tras un accidente. Gracias a un tratamiento revolucionario ha vuelto a andar

"El mecanismo que hizo esto posible sigue siendo un misterio", reconoce uno de los científicos. ¡Pero ha funcionado! Le explicamos por qué este experimento es tan importante.
Jered Chinnock camina en la clínica Mayo Clinic el 18 de septiembre.
Jered Chinnock camina en la clínica Mayo Clinic el 18 de septiembre.AP / AP

Tres personas que han pasado años paralizadas de cintura para abajo han logrado levantarse y dar algunos pasos de nuevo tras recibir un implante eléctrico en su espina dorsal y llevar a cabo meses de intensa rehabilitación.

Esta esperanzadora noticia ha sido reportada este lunes por dos equipos científicos que trabajaban de forma independiente. No significa que los pacientes se hayan curado: sólo puede andar con ayuda para mantener el equilibrio, y necesitan del implante para poder las piernas. Pero es un avance extraordinario, refrendado además por su publicación en dos de las revistas científicas de mayor prestigio.

Jered Chinnock, de 29 años, quedó parapléjico a raíz de un accidente de moto de nieve que dañó su médula espinal en la mitad de la espalda; no podía ni moverse ni sentir por debajo de la lesión. Dentro de un tratamiento que comenzó en 2016, cirujanos de la Clínica Mayo de Rochester (Minnesota) le implantaron un electrodo por debajo de la zona afectada de la columna vertebral, conectado a un estimulador eléctrico. Tras 43 semanas de entrenamiento, pudo caminar el equivalente a un campo de fútbol americano, según el estudio publicado en la revista Nature Medicine por los doctores Kristin Zhao y Kendall Lee.

Hasta ahora, personas con paraplejia habían podido mover las caderas, los tobillos o los dedos de los pies con sistemas de estimulación eléctrica, pero nunca antes andar, como ha recordado Zao a la agencia de noticias France Presse.

“El estudio muestra que, después del implante y bajo estimulación eléctrica, el paciente pudo recuperar el control voluntario de las piernas”, señaló Lee en una conferencia de prensa, al mismo tiempo admitió: “El mecanismo preciso que hizo esto posible sigue siendo un misterio”.

“El sistema nervioso central puede adaptarse tras una lesión grave”, añadió, y con intervenciones como ésta “se puede recuperar cierto control de las funciones motoras”, agregó Zhao. Pero el paciente “sigue llevando a cabo su vida diaria en silla de ruedas”, recordó, pues en el momento en el que se interrumpe la estimulación eléctrica, pierde toda su sensación corporal y capacidad motora.

 “La recuperación puede ocurrir si se dan las circunstancias adecuadas”, aseguró la profesora universitaria Susan Harkema, coautora del otro estudio, publicado en la revista New England Journal. La espina dorsal “vuelve a aprender a hacer cosas, no tan bien como antes, pero puede funcionar”, añade. Los pacientes tratados por el equipo de Harkema han podido mover los dedos y las piernas, y ponerse en pie durante unos momentos, y dos de ellos han andado con ayuda: Jeff Marquis, de 35 años, pudo recorrer durante una sesión el equivalente a un campo de fútbol americano. No está claro sin embargo porque los otro dos pacientes tratados por el equipo no lo lograron.