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El vicefiscal general debatió apartar a Trump de la Casa Blanca por mentalmente inestable

Rod J. Rosenstein, que supervisa la investigación de la trama rusa, planteó invocar la enmienda 25 de la Constitución.
Trump estrecha la mano a Rosenstein en un acto en mayo de 2018.
Trump estrecha la mano a Rosenstein en un acto en mayo de 2018. AP / AP

El vicefiscal general, Rod J. Rosenstein, número dos del Departamento de Justicia y responsable máximo de la investigación de la trama rusa, sugirió el año pasado que podía grabar con un micrófono secreto a Donald Trump, y planteó además buscar el apoyo de otros miembros del Gobierno para apartar al presidente de la Casa Blanca invocando la enmienda 25 de la Constitución, según informa el diario The New York Times citando varias fuentes del Departamento de Justicia y del FBI.

Sin embargo, fuentes del Departamento de Justicia han indicado a la cadena NBC que esos comentarios se hicieron en una reunión el 16 de mayo de 2017 (donde había en efecto miembros del Departamento de Justicia y del FBI), y que en realidad responden a un comentario irónico de Rosenstein durante una discusión con el entonces director en funciones del FBI, Andrew McCabe. "Bueno, ¿y qué quieres que haga, Andy, que lleve un micrófono?", le dijo Rosenstein. En el registro de esa reunión sí hay una mención a que Rosenstein sacó a colación la enmienda 25, pero sin aclarar el contexto.

Rosenstein llevaba entonces sólo tres semanas en el cargo, y acababa de asumir la jefatura de la investigación sobre los supuestos vínculos del equipo de campaña de Trump con Rusia. El presidente recién había despedido al director del FBI, James Comey, hasta entonces al frente de esas pesquisas, después de invocar presuntamente a su lealtad, sin éxito, para frenar la investigación.

Una vez despedido Comey, Rosenstein pasó a dirigir la investigación porque el fiscal general, Jeff Sessions, se había inhibido, al estar él mismo bajo sospecha por haber formado parte del equipo de campaña de Trump. El presidente no ha perdonado a Sessions por ello, y le ha atacado y denigrado por ello.

Tampoco tiene Trump en ninguna estima a Rosenstein, a tenor de sus declaraciones públicas, y podría forzar su marcha en los próximos días, semanas, o meses. Si no lo ha hecho ya quizá sea porque, tras el despido de Comey, la investigación de la trama rusa pasó a ampliarse para analizar si esa decisión del presidente suponía un delito de obstrucción de la justicia. Echar de nuevo a la persona encargada de la investigación sólo complicaría más las cosas.

En ese clima, en primavera de 2017, recién llegado él al cargo y recién despedido Comey, fue cuando tuvo lugar la mencionada reunión en la que se produjeron las supuestas declaraciones de Rosenstein; además, el presidente acababa de revelar públicamente información secreta a Rusia.

Según The New York Times, las grabaciones al presidente no tuvieron lugar. Y tampoco se ha aplicado la enmienda 25.

Esta cláusula de la Constitución indica, en su sección cuarta, que si el vicepresidente y una mayoría del Gobierno o del Congreso consideran que el presidente no capaz de llevar a cabo su trabajo, el vicepresidente debe asumir el poder de inmediato.

Trump ha presumido de ser “un genio” psicológicamente “estable”, y hasta ahora, aunque ha sido un rumor en círculos políticos la posibilidad de aplicar esta enmienda, jamás ha sido considerada públicamente como una alternativa real.

Rosenstein ha asegurado que la información del The New York Times es “inexacta e incorrecta en lo que se refiere a los hechos”. Y ha añadido que, basándose en sus interacciones con Trump, “no hay lugar para invocar la enmienda 25”.