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Arrestan a empleada de una guardería por meter a niños en armarios con cordones en el cuello

Rebecca Anderson, de Mesquite, Texas, fue acusada luego de que un padre colocara secretamente una grabadora de video en el asiento del automóvil de su hijo.

La propietaria de una guardería en Texas fue arrestada luego de que la policía descubriera que amarraba a varios niños a asientos de plástico de automóvil y los dejaba dentro de un armario oscuro o en el baño con ligas atadas a sus cuellos.

La policía hizo este descubrimiento dentro de la casa de Rebecca Anderson, de 60 años, en la localidad de Mesquite, después de que el padre de uno de los menores a su cuidado le hiciera una grabación secreta a la mujer.

En el video grabado por el padre de un niño de 6 meses gracias a una cámara oculta colocada en su asiento del auto, se ve a Anderson sacando al menor del asiento por el tobillo, alimentándolo con una sustancia desconocida mediante una jeringuilla y tirándolo hacia el suelo por el babero que llevaba en el cuello, de acuerdo con la orden de arresto.

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El pasado viernes por la tarde, la policía llegó a Becky's Home Child Care después de observar el video grabado en secreto, según los oficiales.

Anderson fue arrestada el sábado y acusada de nueve cargos de poner en peligro a los menores después de que la policía descubriera a bebés y a niños pequeños que estaban bajo su cuidado en situaciones peligrosas, según el Departamento de Policía de Mesquite.

Cuando la policía llegó a la guardería de Anderson, descubrieron a tres niños metidos en el armario del dormitorio principal de la casa, que tenía las luces apagadas y la puerta cerrada, según la orden.

Otros habían sido llevados a un baño oscuro dentro del dormitorio principal que también tenía su puerta cerrada.

Los niños estaban amarrados a asientos de plástico del automóvil, algunos de los cuales tenían el relleno removido, y les habían atado cordones de algodón alrededor del cuello que los fijaban al respaldo de los asientos, según detalla la orden de arresto.

Anderson admitió más tarde que los cordones debían limitar el movimiento de los niños.

Ella también admitió haber dejado a los menores en sus asientos del auto durante hasta siete horas al día, así como haberles dado Tylenol para hacer su trabajo más fácil, dice la orden judicial.

La mujer reconoció ante la policía que la forma en la que manejaba a los niños estaba “fuera del comportamiento aceptado por los padres” y que “podría conducir a la muerte”.

La policía arrestó este sábado a Anderson y le impuso una fianza de 225,000 dólares, o 25,000 dólares por cada acusaciónN