El presidente ruso, Vladímir Putin, presumió en marzo de un nuevo misil supersónico capaz de atacar “cualquier objetivo, a través del polo Norte o polo Sur”, en cualquier lugar del mundo. “Es un arma poderosa que ningún sistema antimisiles puede neutralizar”, dijo Putin.
Ahora, sin embargo, Rusia prepara una misión de búsqueda y rescate para tratar de encontrar uno de esos misiles, que se ha perdido en el mar de Barents, junto a Noruega, tras una prueba fallida realizada hace nueve meses.
Tres buques rusos participarán en la búsqueda, según ha informado la cadena CNBC citando un informe de la inteligencia estadounidense. Uno de los barcos está equipado para manejar material radiactivo.
Rusia realizó pruebas con cuatro de estos misiles entre noviembre de 2017 y febrero de 2018, y todas terminaron con el proyectil estrellándose. El vuelo de mayor duración apenas superó los dos minutos, y el misil en cuestión perdió el control y se estrelló tras recorrer sólo 22 millas. El más corto fue de cuatro segundos y cinco millas. Rusia, sin embargo, ha negado estos fracasos.
No está claro si el resto de misiles se ha estrellado también en el mar, ni las consecuencias medioambientales de estos incidentes.