Michael Graczyk, de 68 años, ha anunciado este martes su jubilación como periodista de la agencia de noticias The Associated Press. Una carrera profesional de casi 46 años le ha convertido en la persona que más ejecuciones ha presenciado en Estados Unidos desde que se reinstauró la pena de muerte en 1976.
Cada vez que un condenado a muerte quiso ser entrevistado, Graczyk estuvo allí para hablar con él y tomar su fotografía. Hace tiempo que dejó de contar cuántas ejecuciones había presenciado, pero el registro del Departamento de Justicia Criminal de Texas, donde desarrolló su carrera, asegura que fue testigo en al menos 429.
“Me ha permitido apreciar muchísimo la vida”, ha explicado Graczyk, “permite capturar el sentido real de la vida y lo rápido que puede ser arrebatada”.
En la mayoría de los casos, asegura el periodista, las ejecuciones se reducen “básicamente a mirar como alguien se va a dormir y nunca se despierta”.
Pero a veces ocurren cosas macabras o absurdas.
En 2013, durante la ejecución número 500 desde que se reinstauró la pena de muerte en Texas (el estado que más la practica), un reo le llamó por su nombre y le saludó al entrar en la cámara de la muerte. Otro, atado a la camilla, escupió la llave de unas esposas. Y otro, cuando se le preguntaron sus últimas palabras, cantó un villancico: Noche de paz.
“La Navidad, para mí, nunca ha vuelto a ser igual”, explica Graczyk.
¿Está el periodista a favor de la pena de muerte? “No lo sé”.