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Los padres deportados se sienten perdidos en proceso de reunificación con sus hijos

Lourdes León se pregunta qué fue exactamente lo que ella firmó y si alguna vez verá a su hijo de 6 años, que está detenido en Nueva York. "Es angustiante", dice.

A medida que a la administración Trump se le acerca la fecha límite de esta medianoche que la obliga a reunificar con sus padres a 2,551 niños migrantes, Lourdes León y hasta otros 722 padres continúan sin saber cuándo volverán a ver a sus seres queridos.

León le aseguró a NBC News que creyó que estaba firmando un formulario que le permitiría a su hijo presentar una solicitud de asilo mientras ella era deportada a Guatemala y que luego se lo devolverían una vez que el proceso hubiera concluido. Pero ahora se pregunta qué firmó exactamente y si alguna vez verá a su hijo de seis años, que está detenido en Nueva York.

"Es una angustia -dijo León-. Solo espero que me lo envíen de regreso".

Los abogados del Departamento de Justicia dijeron este martes que se cree que 260 padres fueron liberados en Estados Unidos, pero que a los agentes de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos no han podido contactarlos.

Otros 463 padres ya han sido deportados sin sus hijos, por lo que la administración Trump ya no los incluye en la lista de los padres cuya reunificación estaría prevista antes de la medianoche de este jueves.

El miércoles, la secretaria de Seguridad Nacional Kirstjen Nielsen le informó a FOX News que los padres que habían sido deportados sin sus hijos habían elegido hacerlo de esa manera.

“Si los padres se ponen en contacto con nosotros y quieren estar reunidos con sus hijos, por supuesto que trabajaremos con ellos. Pero como ustedes saben, ellos siempre han tenido la opción de llevarse a sus hijos consigo, pues así es como funciona el proceso”, declaró Nielsen, al tiempo que no se comprometía en reunificar a los padres deportados en el plazo fijo

La funcionaria adelantó que los padres pueden ponerse en contacto con el gobierno de Estados Unidos a través de los consulados en sus países de origen.

Pero León vive en una zona rural de Guatemala, a siete horas de la capital.

Para muchos de los 463 padres, las exenciones que firmaron no explicaban claramente sus derechos.

Un formulario que inicialmente les entregó ICE les pedía que firmaran en una de las dos líneas que indicaban que abandonarían el país con o sin sus hijos. Pero no se les aclaraba que renunciaban a su derecho a reunirse en el futuro y no se les daba la opción de considerar si aún tenían la oportunidad de solicitar asilo.

Un segundo formulario, entregado por la ACLU y aprobado por un juez para su distribución en los centros de detención de ICE el pasado 9 de julio era más detallado y advertía: “NO TIENES QUE aceptar la salida de Estados Unidos como requisito para ser reunificado con tu hijo”.

También les daba a los padres un número telefónico para contactar a abogados de la ACLU dispuestos a ayudarlos a conocer sus derechos legales.

Qué formulario firmó un padre deportado probablemente se discutirá en la corte entre los abogados de la ACLU que representan a padres migrantes separados y el Departamento de Justicia, en representación del gobierno.

En una presentación judicial este miércoles, la ACLU presentó 27 ejemplos de padres que, sin saberlo, renunciaron a sus derechos de reunificación con sus hijos.

En algunos casos, los padres eran analfabetos o hablaban un idioma indígena no incluido en el formulario. Dos padres creyeron que este documento liberaría a sus hijos de la custodia del gobierno y que permitiría traerlos de vuelta con ellos. A una madre le dijeron que si firmaba sería más fácil la reunificación.

A otros padres se les dio información sobre sus derechos legales en un salón junto a docenas de otros inmigrantes y se les dejó apenas tres minutos para que decidieran si eran deportados con o sin su hijo.

Con pleno conocimiento, algunos padres eligieron ser deportados sin su hijo, única manera de brindarle al menor la oportunidad de asilo en Estados Unidos, en lugar de llevarlos de vuelta a un país violento.

Los abogados del gobierno dijeron este martes que planean reunir a 1,637 niños con sus padres antes de la fecha límite.

La jueza Dana Sabraw del Distrito Sur de California, quien supervisa el caso de reunificación y fijó la fecha límite, aseguró que se trataba de “un logro notable”, pero que esperaba que la ACLU impugnara la decisión del gobierno de colocar a algunos padres en la  categoría de "inelegible", preparando el escenario para una batalla continua sobre a quiénes reunificará el gobierno.

La jueza Sabraw dijo que los padres que han sido deportados o que no han sido identificados son víctimas de una política del gobierno que “resultó en un gran número de familias separadas sin previsión de reunificación y seguimiento”.

"MI MAYOR ALEGRÍA ES TENERLOS CONMIGO DE NUEVO"

Incluso para aquellos que serán reunificados antes del plazo de este jueves, el final de un capítulo oscuro trae un nuevo conjunto de batallas. La incertidumbre sobre los reclamos de asilo, así como las fechas en las que sus casos serán procesados en función del atraso masivo existente, colocan en el limbo a cientos de familias que fueron separadas.

La administración Trump ha regresado a la política de "capturar y liberar" a las familias sin antecedentes penales que entran a Estados Unidos mientras esperan por una decisión a su caso, en parte para restarle importancia a su política previa de tolerancia cero.

María Gloria, una de estas madres, fue separada de sus hijos durante un mes y medio, luego de llegar a Texas desde Honduras, de donde salió huyendo de la violencia y las amenazas de muerte contra ella y sus dos hijos, Franklin, de 11 años, y Byron, de siete.

NBC News fue testigo de cómo los menores permanecían solos y en jaulas, tras haber sido separados de su madre en la oficina de procesamiento de la Patrulla Fronteriza de McAllen.

Desde que se reencontró con ellos hace solo unas semanas, María Gloria no solo está lidiando con el trauma de la separación, sino con el de empezar de cero.

“Me siento como si me estuviera muriendo porque se han llevado a mis hijos”, declaró María Gloria después de viajar a Nueva York para reunirse con sus hijos en el refugio al que fueron enviados.

Hoy, de regreso y radicada en Kingston, Nueva York, esta madre comenzó a recibir servicios como clases de inglés, acceso a alimentos e incluso deportes para sus hijos gracias a Caridades Católicas.

Desde el exterior del nuevo departamento en el que se mudaron hace apenas unos días, María Gloria dejó en claro que, a pesar de los desafíos que enfrenta, como encontrar trabajo para mantener a sus hijos, "mi mayor alegría es tenerlos de nuevo conmigo".