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Voluntarios en Texas se unen para ayudar a familias separadas en la frontera

"No me puedo imaginar hacerlo sin mi madre ", dice una mujer joven que trabaja de voluntaria con su madre para ayudar a las familias separadas.

Lo que el gobierno ha destrozado al separar a padres e hijos en la frontera, la fe y la caridad lo están uniendo.

Este martes, Mia Quintero, de 20 años, y su madre, Michelle, de 53 años, se encontraban en una esquina debajo de una escalera de las Caridades Católicas de San Antonio ordenando ropa donada sobre una mesa plegable. Madre e hija registraron artículos, los empacaron y los pusieron en contenedores altos que generalmente se usan para recolectar las donaciones durante la Cuaresma.

Toda la ropa y los otros artículos que la comunidad les entrega a Catholic Charities San Antonio son para los niños que el gobierno federal separó de sus padres o sus tutores en la frontera.

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En la noche de este lunes, dos familias llegaron a esta casa de caridad, pero se negaron a hablar con los medios de prensa. En la mañana del martes una familia ya había tomado su vuelo y la otra estaba preparando para adquirir un boleto.

En estos momentos, el gobierno de Donald Trump se apura para cumplir con la orden judicial que le exige la reunificación de todas estas familias, mientras estas se han referido al trauma y a la angustia de estar separados por cientos o miles de millas.

Para las Quintero, estas separaciones han reforzado su propio vínculo madre-hija.

“Simplemente no puedo imaginar cómo sería estar separada de mis padres", reconoce Mia.

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Poder ofrecerse como voluntaria durante sus vacaciones de verano en lugar de trabajar en una cafetería es "la sensación más increíble que haya tenido jamás", dijo. "Pero además, no puedo imaginar hacerlo sin mi mamá".

Las dos se rieron y conversaron mientras abrían cajas de cartón, pasando de la ropa a los juguetes usados.

El 17 de julio de 2018, Michelle Quintero, de 53 años, y su hija Mia Quintero, de 20, de San Antonio, se ofrecieron como voluntarias para ordenar e inventariar donaciones en Catholic Charities San Antonio, que está ayudando a las familias inmigrantes después de que se reúnan. Foto: Suzanne Gamboa, NBC News

Mia, estudiante de diseño de moda, se detuvo para admirar un trajecito púrpura para bebé que decía: "Aléjense chicos, mi papá hace ejercicios” con letras plateadas. Luego se lo mostró a su madre, quien estuvo de acuerdo con que era simpático.

A las Caridades Católicas se le ha dicho que esperen hasta un límite de 400 familias, pero se les está dando poca información sobre cuándo llegarán y de dónde vienen.

Los abogados que se ocupan de familias en el Centro de Detención Port Isabel, en el sur de Texas, han dicho que algunas están siendo liberadas, pero que no están seguras de hacia dónde se dirigen, por lo que sus representantes legales deben rastrearlas.

Algunos adultos fueron llevados al Centro de Detención de Pearsall, en el sur del estado, pero otras reunificaciones se han estado produciendo en otras partes del país.

En una audiencia judicial, los abogados del gobierno le informaron este lunes a un juez federal que 2.480 niños de entre 5 y 17 años y bajo custodia ya han sido reunidos con uno de sus padres, y que 918 de los progenitores han sido ubicados y esperan por la reunificación antes de la fecha establecida por la corte, el próximo 26 de julio.

Cuando Caridades Católicas supio que le asignarían un grupo de menores, la institución convocó a los voluntarios. Fue entonces que Michelle decidió salir a ayudar, apenas escuchó la llamada. En ese momento no le pidió a su hija que se le uniera, pero le contó cuál era su decisión.

“Sabía que vendría -reconoce ahora-. Porque esto tiene que ver con la familia".