“La reina es una persona casi sagrada. En monarquías [como el Reino Unido], hay algo sagrado en la soberana que quizá no se entiende en las repúblicas”, explicó el escritor Charles Mosley para ilustrar los posibles malentendidos en un encuentro entre el presidente de Estados Unidos e Isabel II de Inglaterra.
Donald Trump se reunió con la reina el viernes en el castillo de Windsor. El protocolo era estricto en todo aquello que podía y no podía hacer. “Si es inteligente, no intentara besarla, y no espero ni de lejos que lo intente”, explicó el experto Hugo Vickers. En realidad, ni besarla, ni abrazarla, ni ningún gesto de afecto más allá de estrecharle la mano, según el protocolo. Tampoco hacerle fotos, darle la espalda… ni caminar por delante de ella.
Fue precisamente esto último lo que aparentemente hizo Trump, y ello pese a que la reina le mostró cómo debía caminar a su lado. Juzgue usted mismo:
No habría sido en cualquier caso la única ruptura de protocolo por parte del presidente.
“Es una mujer increíble, es tan inteligente, es tan bella, y cuando digo bella es por dentro y por fuera, es una mujer bella”, afirmó Trump de la reina en una entrevista con el diario Mail on Sunday recogida por la agencia de noticias Reuters. Y añadió: “Bueno, no quiero hablar por ella, pero puedo decir que le gusté. Eso habitualmente ayuda. Pero a mí me gustó un montón”. El protocolo dicta no comentar los encuentros con la reina, y aún menos hablar por ella.
Con toda probabilidad nos quedaremos sin saber si a la reina le gustó realmente Trump, pero parece que a la Familia Real británica no le alegró demasiado su visita. Según informa el diario The Times, el príncipe Charles (hijo de la reina) y el príncipe William (hijo de éste) “no estaban dispuestos” a reunirse con el presidente, y se negaron a tomar el te con él en el castillo de Windsor, dejando sola a la reina en esa tarea.
“La familia más amplia no fue tan entusiasta con la visita como lo fueron cuando llegó Obama”, explicó al diario una fuente del Gobierno británico.
“Es muy raro que la reina esté sola. Por lo general, está acompañada por alguien” de su familia, señaló una fuente anónima al diario. La monarca, que se ha reunido con 11 de los últimos 12 presidentes estadounidenses en sus 92 años de vida tuvo además que esperar a Trump, algo poco habitual.