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Le detuvieron en la frontera y se llevaron a su hija. Guatemalteco recuerda el “miedo” y “angustia” tras separación de la menor

"Es una gran angustia porque no se obtienen respuestas de las autoridades", recuerda el guatemalteco con su hija sentada en su regazo. "No te dan información, y no conoces las leyes ... Te  preguntas: ¿Dónde está? ¿Qué está haciendo ella? Un niña tan pequeña..."

Génesis González López, una guatemalteca de tres años, juega ahora con su padre en un parque de Provo (Utah). Una postal muy distinta a la que vivieron el pasado noviembre. Las autoridades de inmigración detuvieron el día de Acción de Gracias a esta menor y a su padre, Rómulo González Rodríguez, en la frontera. El progenitor asegura que se llevaron a la niña “asustada” sin darle ninguna explicación de a dónde iba. "Caes de nuevo en el miedo y la misma angustia que tratas de dejar atrás", cuenta.

González, de 54 años, había huido de Guatemala con la menor después de sufrir un secuestro, que obligó a su familia a pagar un rescate de 13.500 dólares por su vida. Mientras estuvo cautivo le arrancaron el ojo derecho. Tras este episodio, viajó en autobús y tren a un puerto de entrada en San Diego para buscar asilo en los Estados Unidos. Tras ser detenido, cuenta que estuvo separado de su hija durante siete días. "Es doloroso huir y llegar a donde crees que te van a rescatar, y que tomen la medida de separar a los niños", cuenta este padre afectado.

 

Cuando llegó al puerto de entrada de San Ysidro con su hija el 23 de noviembre y le dijo a las autoridades de inmigración de Estados Unidos que buscaba asilo. Les entregó un informe de la policía guatemalteca sobre su secuestro. Mientras respondía unas preguntas, las autoridades pasaron a su hija a otra habitación. Pensó que se reunirían después, pero le llevaron a un centro de detención sin su hija. Cuando preguntó dónde estaba ella, no le dieron respuesta.  "Es una situación que no deseo a ningún padre o ser humano", apunta.

"Es una gran angustia porque no se obtienen respuestas de las autoridades", recuerda el guatemalteco con su hija sentada en su regazo. "No te dan información, y no conoces las leyes ... Te  preguntas: ¿Dónde está? ¿Qué está haciendo ella? Un niña tan pequeña...".

La experiencia de González ocurrió antes de que el gobierno del presidente Donald Trump adoptara en abril la política de "tolerancia cero". Según explica su abogada, Mari Alvarado Tsosie, desde hace mucho tiempo la seguridad nacional ha separado a adultos y menores en la frontera cuando no se puede confirmar si son pariente o si cree que un niño está en riesgo.

Con la política de “tolerancia cero” se busca enjuiciar criminalmente a todos los inmigrantes que entran de forma ilegal en Estados Unidos y, como consecuencia”, se separa a las familias. Esta medida ha provocado el aumento en las separaciones familiares. Según los últimos datos, 2.300 niños fueron separados de sus padres en seis semanas entre abril y mayo. En medio de un clima de presión mundial, el presidente de Estados Unidos frenó este miércoles esta dramática situación con una orden de inmigración.

En el caso de González no está claro por qué él y su hija estuvieron separados ya que se rindieron en la frontera y este no está siendo procesado por ingreso ilegal.

La abogada de esta familia tardó tres días en encontrar a González en el Centro de Detención de Otay Mesa en San Diego y otros cuatro para reunirlo con su hija.  Ahora el padre y la hija viven con el hermano de González mientras esperan noticias sobre la solicitud de asilo. La audiencia está programada para el 22 de octubre en un tribunal de inmigración de Salt Lake City.