patricia de jesús flores llegó a la frontera de estados unidos con su hijo de siete años quien fue testigo de un asesinato en una azotea, una de las razones por la que decidió dejar honduras.
según reporta nbc news, flores, de 27 años, estaba decidiendo si pedir asilo en el país porque había escuchado que los padres estaban siendo separados de sus hijos.
ella y otras familias se encuentran en el refugio senda de vida, en reynosa, frente a mcallen, texas, dijeron que sus comunidades en el salvador, honduras y guatemala están tan atemorizadas por la violencia, las pandillas y los carteles de la droga, que no tuvieron más remedio que irse.
“si mi país estuviera bien, yo sería feliz allá con mi hijo. no trataría de cruzar la frontera”, dijo flores.
mientras que la separación forzada de familias está siendo un nuevo tema de inmigración con el que tiene que lidiar la administración trump, muchos se preguntan si la violencia, los carteles de la droga, las pandillas y los rangos de pobreza en centroamérica también llegarán a ser punto de discusión.
el jefe de gabinete de la casa blanca, john kelly, habló sobre la violencia en un discurso pronunciado en mayo de 2017 en un foro patrocinado por el atlantic council, un grupo de expertos en política exterior con sede en washington.
"hay corrupción allí. hay una intimidación terrible ", dijo kelly, quien agregó que los cárteles" son terriblemente violentos y tienen vecindarios, ciudades con un miedo que incluye a la policía en muchos casos”.
las condiciones en lo que se conoce como el triángulo norte, el salvador, guatemala y honduras, llamó la atención de las autoridades norteamericanas en 2014, cuando cientos de miles de niños arribaron a las fronteras del país.
por años, honduras ha tenido las cifras más altas de homicidio en el mundo, alcanzando los 91 homicidios por cada 100 000 personas en el 2011, de acuerdo con un reporte de united nations. desde entonces, el rango ha disminuido a 42.8 homicidios por cada 100 000 personas, una cifra que aún se considera alta.
pero esa violencia no ha frenado a los residentes de esos tres países para emprender el peligroso viaje hacia estados unidos.
de acuerdo con el council on foreign relations, cerca de 3.4 millones de salvadoreños, guatemaltecos y hondureños vivían en el país en el 2015, el último año del que se tienen datos.
guatemala es la sede de bandas internacionales como la ms-13 y barrio 18, ambas fundadas en los angeles, y de carteles de la droga y organizaciones criminales.
la corrupción, la debilidad de las instituciones gubernamentales y la inestabilidad política hacen que se vuelva difícil para los países centroamericanos combatir las bandas criminales y la violencia.
a inicios de este año en guatemala, las protestas por la reelección del presidente juan orlando hernández se tornaron violentas cuando la policía y las tropas utilizaron fuerza excesiva para calmar a los protestantes y dejaron a 32 personas muertas. ninguna autoridad fue acusada, dijo un reporte de amnistía internacional citado por la ap.
"en nuestras entrevistas con personas detenidas en migración en la frontera sobre las condiciones en las que huyen, las condiciones no han cambiado, por lo que estamos viendo la llegada de estas grandes cantidades de personas", dijo alison parker, directora del programa observatorio de derechos humanos de estados unidos.
en lo que va de año fiscal, la patrulla fronteriza en el sur ha detectado un total de 252, 187 personas, un aumento de casi 230, 000 durante los primeros ocho meses del 2017, cuando la cifra llegó hasta los 224, 817, según estadísticas de la patrulla aduanera y fronteriza.
la inestable situación de la región parece seguir impulsando a las familias a huir con sus hijos.
piedad de jesús mejía, una madre hondureña de 31 años, había viajado a reynosa, méxico, con sus cuatro hijos. ella dijo el martes que había escuchado acerca de las separaciones familiares que se llevaban a cabo en la frontera, pero "tuve que irme sin preocuparme por eso".
"me fui de mi país por los crímenes y porque fuimos testigos cuando dos de los primos de mi esposo fueron asesinados y ahora también nos están buscando", dijo.
en matamoros, méxico, jennifer figueroa, de honduras, sostuvo a su hijo de 3 años, ángel, mientras se encontraba en un puente internacional que conducía a brownsville, texas.
jennifer, quien había estado en méxico tres días esperando para cruzar a los estados unidos legalmente y pedir asilo, dijo que había dejado su país debido a las amenazas de muerte de la pandilla calle 18 y le había pagado a un traficante alrededor de 125 dólares para llegar.
a pesar de saber lo que está sucediendo en las frontera con las familias, ella insistió en que no dejaría ir a su hijo. "prefiero pedirles que me deporten", dijo.
para lidiar con el aumento de la migración de familias y niños centroamericanos en el 2014, la administración obama adoptó una estrategia para abordar no solo lo que estaba ocurriendo en la frontera, sino también la corrupción y violencia de la región, dijeron los expertos.
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estados unidos incrementó sustancialmente su inversión en la región, aunque no en la medida o tan rápido como obama quería. él había pedido una inversión de 1 mil millones en ese momento.
“tomó 18 meses convencer al congreso de poner 750 millones de dólares "para abordar los problemas", dijo cecilia muñoz, quien se desempeñó como directora del consejo de política nacional de la casa blanca durante el mandato de obama. en 2014, el total fue de aproximadamente 317 millones.
la administración también creó programas en estados unidos para adultos y hasta cierto punto para que los niños solicitaran asilo desde sus países. pidió a otros países de la región que "intensificaran" y aceptaran a las personas que solicitan asilo.
"todas esas fueron políticas que se estaban desarrollando y, por supuesto, todas han sido desmanteladas por este gobierno", dijo muñoz.
aunque la administración trump continúa trabajando con el triángulo norte, -el vicepresidente mike pence visitará a las víctimas de volcanes recientes en guatemala la próxima semana- los problemas de la región son "tan profundos y tan endémicos que no se pueden solucionar en un par de años", dijo jason marczak, director del atlantic council del centro de américa latina del adrienne arsht.
"la gente vendrá de cualquier manera porque están tratando de sobrevivir", dijo marczak.
durante la crisis de 2014, méxico tomó un papel más activo, trabajando para reprimir la inmigración ilegal a través de su frontera sur. el año pasado, méxico se coordinó con la administración trump para organizar una conferencia en miami sobre lo que se podría hacer para impulsar el cambio sistémico en américa central.
pero las separaciones familiares han producido imágenes e historias que han conmocionado a otras partes del mundo y están dañando la imagen de los ee. uu. la controversia podría frenar los esfuerzos para lograr un cambio duradero en el triángulo norte.
"desafortunadamente, el enfoque es la disuasión en la frontera", dijo marczak. "el foco debe estar en cómo mejorar las condiciones en los países para que las personas no se vayan en primer lugar".