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Cambia el pañal y cuida de niña de cuatro años separada de su tía. La historia de adolescente en un centro en la frontera de Texas

Una joven de 16 años enseña a sus otros niños a cambiar pañales. Todos cuidan a una pequeña sola, de cuatro años, en un centro de procesamiento
Niños inmigrantes detenidos en el Centro Residencial del Condado de Karnes, Texas.
En esta foto de archivo, niños inmigrantes detenidos se alinean en la cafetería del Centro Residencial del Condado de Karnes, un hogar temporal para mujeres inmigrantes y niños detenidos en la frontera en Karnes City, Texas.AP / AP

Una adolescente de 16 años se encarga de cuidar a un niña de cuatro, de origen guatemalteco, que no conocía. Esta menor se ocupa de esta pequeña con la que comparte celda en un centro de procesamiento de la Patrulla Fronteriza en McAllen, al sur de Texas. También ha enseñado a cambiarle los pañales a sus compañeros.

 

Esta es una de las consecuencias de la política de “tolerancia cero”, que busca procesar a todos los inmigrantes indocumentados que cruzan de forma ilegal la frontera de EE.UU, vayan acompañados de menores o no. Según los últimos datos, en seis semanas del pasado abril y mayo 2.000 menores han sido separados de sus familias.

 

  

Michelle Brane, directora de derechos de los migrantes en la Comisión de Mujeres Refugiadas, ha conocido este domingo la historia de estos niños después de una visita al centro, según recoge AP.  "(Esta adolescente) tenía que enseñar a otros niños en la celda a cambiar su pañal", cuenta, tras separar a la niña de cuatro años de su tía. En esta instalación, hay celdas con hasta 20 niños y no hay juguetes ni libros.

 

La pariente de esta niña estaba en otra parte de la instalación donde hay más de 1.100 personas. Finalmente, tras hablar con los agentes, la dos fueron reunidas de nuevo. La Patrulla Fronteriza informa de que cerca de 200 personas son menores sin compañía de un padre. Otras 500 son "familias", padres e hijos.

 

Se supone que las personas se mueven rápidamente por las instalaciones. Conforme a la ley de los EE. UU., los niños deben ser entregados en un plazo de tres días a refugios financiados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos. "El gobierno está literalmente alejando a los niños de sus padres y dejándolos en condiciones inapropiadas", declara Brane. "Si un padre deja a un niño en una celda sin supervisión con otros niños de 5 años, se los hará responsables".

 

Según el testimonio de esta defensora de los derechos de los inmigrantes, también se sorprendió con el caso de un niño que no jugaba con el resto. Estaba callado, agarrado a un papel que era una fotocopia de la tarjeta de identificación de su madre.

 

La Dra. Colleen Kraft, directora de la Academia Estadounidense de Pediatría, cuenta que recientemente visitó un pequeño refugio en Texas, que se negó a identificar. Una niña pequeña dentro de las instalaciones de 60 camas llamó su atención: estaba llorando incontrolablemente y golpeaba sus pequeños puños sobre la colchoneta.

 

Los miembros del personal trataron de consolar a la niña, que parecía tener alrededor de 2 años, dijo Kraft. La noche anterior la separaron de su madre y la llevaron al refugio. El personal le dio libros y juguetes, pero no se les permitió levantarla, abrazarla o abrazarla para tratar de calmarla. Como regla, el personal no puede tocar a los niños allí, dijo ella. "El estrés es abrumador", relata. "El enfoque debe estar en el bienestar de estos niños, ausentes de la política", zanja.

 

La política de “tolerancia cero” que anunció el fiscal general, Jeff Sessions, el pasado abril ha levantado a cada vez más detractores que muestran un profundo rechazo a la separación de las familias. La última ha sido la ex primera dama Laura Bush.

 

También se ha sumado este lunes el jefe de derechos humanos de Naciones Unidas, Zeid Ra'ad al-Hussein, que encuentra "inconcebible" que cualquier país busque disuadir a los padres de migrar "infligiendo tal abuso a los niños".