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El Congreso intenta frenar los interrogatorios de ICE y la Patrulla Fronteriza

La Migra ejecuta redadas en autobuses, estaciones o zonas fronterizas sin explicar los motivos. Te explicamos cómo el Senado puede frenar a los agentes.
Un recluta de la Patrulla Fronteriza practica cómo realizar un interrogatorio en un autobús en Texas en abril de 2007.
Un recluta de la Patrulla Fronteriza practica cómo realizar un interrogatorio en un autobús en Texas en abril de 2007.AP / AP

Cuatro senadores demócratas han presentado un proyecto de ley para limitar la capacidad de los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) y de la Patrulla Fronteriza para interrogar a pasajeros de trenes y autobuses sobre su estatus migratorio.

Este medida, bautizada como Department of Homeland Security Accountability and Transparency Act, obligaría a los agentes a guardar información detallada de cada persona a la que interrogaran, explicando, entre otros detalles, el motivo de la parada. En la actualidad, sólo están obligados a hacerlo si usan la fuerza o si llevan a cabo un arresto, según explica la senadora Kirsten Gillibrand.

En teoría, la Patrulla Fronteriza detiene a los inmigrantes indocumentados que tratan de entrar en el país de forma irregular, mientras que ICE se encarga de aquellos que ya lo han logrado y viven sin documentos en ciudades y pueblos de todo el país.

Sin embargo, la ley federal permite a los patrulleros interrogar sobre su estatus migratorio a cualquier persona que esté a menos de 100 millas de la frontera (lo que incluye el mar). Hay 11 estados cuyo territorio cae parcial o totalmente dentro de esos límites, y cerca de 200 millones de estadounidenses viven en esas zonas.

La norma obliga a los agentes tener una “sospecha razonable”, pero el Departamento de Seguridad Interior no facilita información sobre cuáles son los motivos esgrimidos para hacerlo, o cuántas paradas se llevan a cabo.

Vídeos publicados en redes sociales encendieron el debate hace unos meses sobre la posibilidad de que esta práctica violara la Cuarta Enmienda de la Constitución, que protege a los ciudadanos de actuaciones excesivas.

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