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Estos inmigrantes huían de la muerte. Un dentista los entregó a ICE

La Migra empleó un método ilegal para detener a dos jóvenes inmigrantes. La justicia ha ordenado que no lo vuelvan a hacer. Te contamos qué ocurrió.

Un adolescente llegó a Estados Unidos en 2015 y pidió asilo después de que su padre fuera asesinado en Somalia. El otro llegó de Afganistán en 2017 y pidió asilo después de que su padre fuera asesinado por los talibanes y su hermano fuera asesinado por el Estado Islámico (ISIS). Ambos acabaron encerrados en centros de detención del Departamento de Seguridad Nacional debido al dictamen de un dentista al que ni siquiera vieron la cara, según informa el centro de periodismo de investigación Reveal.

El Congreso ha conminado al Servicio de Inmigración y Control de Fronteras (ICE, en inglés) a no utilizar exámenes dentales para determinar la edad de los inmigrantes por su falta de fiabilidad, puesto que, según un informe oficial, las diferencias “culturales y étnicas”, además de las “lógicas variaciones biológicas” impide determinar una cifra específica fiable.

Sin embargo, los agentes migratorios están obligados a determinar la edad de los inmigrantes en pocas horas o días, para internarlos en centros de detención para jóvenes o para adultos (no se pueden mezclar). Y aquellos que llegan a la frontera no siempre cuentan con un certificado de nacimiento o una identificación válida.

En esta ocasión, ICE decidió retener a estos dos adolescentes en centros para adultos tras someterlos a un examen a distancia por parte de un dentista de Texas. Y recibió por ello la recriminación de una juez, Marsha J. Pechman, que determinó que este proceso era ilegal, recordando que la ley que protege a los solicitantes de asilo o refugio obliga a contar con “múltiples evidencias” de la edad.

El dentista, David R. Senn, había determinado que la edad del joven somalí, Billal Caroog, era al menos 18 años con un 93% de probabilidad. Para ello usó pruebas de rayos X que se realizaron sin informar a Caroog de qué iban a ser usadas. Una vez llegó el resultado, ICE sacó esposado al joven de la casa de su familia adoptiva y le internó durante seis meses en un centro de detención para adultos en Seattle.

La juez ordenó en mayo de 2016 que le liberaran hasta cumpliera los 18 años “de acuerdo con edad que él había dicho tener cuando llegó”.

En el caso del joven afgano, identificado sólo como H.S., siguió el mismo procedimiento, y terminó igual de mal: la semana pasada, un juez de California, Patrick O’Brien, censuró que, pese a que el joven tenía un certificado de nacimiento y decía ser menor de 18 años, se usó el examen dental para encerrarle en un centro para adultos. Ordenó así que se tomaran las medidas adecuadas para remediar esta situación.