Un estudiante de secundaria de Florida ha organizado una protesta contra su escuela por obligarle a llevar brasier bajo su camiseta. Bautizado como bracott (es decir, boicot de brasier), la convocatoria se ha difundido entre escolares a través de las redes sociales, y ha llamado la atención de la Unión de Libertades Civiles (ACLU, en inglés), que se ha puesto en contacto con la familia de la joven para estudiar posibles acciones legales, según informa el diario Herald Tribune
Hace dos semanas, Lizzy Martínez, de 17 años, decidió ir a su escuela en Bradenton con una camisa de manga larga sin brasier debajo. El código de vestimenta de la escuela de Braden River no lo prohíbe. Pero compañeros de clase se burlaron de ella, según denunció.
La dean, Violeta Velázquez, la llamó a su despacho, según ha relatado al diario The Brandenton Herald, y le dijo que debía ponerse una camiseta debajo de la camisa “para apretar sus pechos”. Pero cuando lo hizo, resultó no ser suficiente: Velázquez la envió a la enfermera para que le diera cuatro curitas: tenía que ponerse dos en cada pecho.
El consejero general del distrito del condado de Manatee, Mitchell Teitelbaum, admitió que “las cosas se podrían haber llevado mejor”, pero insistió en que Martínez violó el código de vestimenta (que no estipula que haya que llevar brasier). La superintendente, Diana Greene, aseguró que los pezones “sobresalientes” de la joven distraían a otros alumnos, según denunció su madre, Kari Knop.
“Hoy he decidido no llevar sujetador a clase y me han sacado de clase porque uno de mis compañeros se ha quejado de que era ‘una distracción para los chicos en mi clase’. Mi escuela básicamente me dijo que la educación de los chicos es mucho más importante que la mía, y que debería estar avergonzada de mi cuerpo”, publicó Martínez en la red social Twitter.
Martínez decidió seguir adelante con su protesta y convertir el 16 de abril en el día sin brasier en la escuela para denunciar lo que considera una postura sexista por parte del centro educativo. El portavoz del distrito escolar, Mike Barber, aseguró al Herald Tribune que la protesta apenas tuvo seguimiento.