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Este joven se va a morir. Su último deseo es ver a su mamá. La Migra no le deja

Ángel Martínez está enfermo: le queda menos de un año de vida. Es mexicano, pero vive desde hace 20 años aquí. Su madre fue deportada. Quiere ir a verla y despedirse de ella antes de morir. Pero la Migra no se lo permite
Protesta a favor de los inmigrantes en septiembre de 2017 en Cincinnati.
Protesta a favor de los inmigrantes en septiembre de 2017 en Cincinnati. AP / AP

Ángel Martínez llegó a Estados Unidos de forma ilegal cuando tenía siete años. Él no eligió vivir aquí: lo trajeron sus padres. Ahora ellos están en México, fueron deportados, pero él permanece aquí gracias al programa DACA. Es un soñador. Pero se está muriendo. Y debe decidir si quiere morir aquí, en el país que ha sido su patria durante los últimos 20 años, sin despedirse de su familia; o arriesgarse a regresar a México para decir adiós, sabiendo que tal vez no le dejen volver.

Martínez, que ahora tiene 26 años, creció en el este de Michigan y ahora vive en Mount Clemens, en los arrabales de Detroit. Cuando aún estaba en la escuela primaria, su madre fue detenida durante una redada en la fábrica textil donde trabajaba por las noches. La deportaron a México, ella regresó para estar con su familia. En 2015 la policía le detuvo por un giro prohibido: fue deportada de nuevo, y ahora vive en el estado de Guanajuato, a 2.000 millas de distancia.

En 2007, a Martínez le diagnosticaron leucemia, y tuvo que recibir un trasplante de médula: su cuerpo lo rechazó, y ahora, tras 10 años de tratamiento, no le quedan posibilidades de recuperarse, según informa el diario británico The Guardian, que ha narrado su historia. A Martínez le queda menos de un año de vida.

A sus padres no se les permite la entrada en el país. Y a él no se le permite salir.

El presidente, Donald Trump, canceló DACA el 5 de septiembre, y aunque una decisión judicial mantiene el programa activo hasta que la Corte Suprema decida, los soñadores dependen de la discreción y misericordia de las autoridades migratorias para obtener un permiso como el que ha solicitado Martínez para poder viajar a México “por razones humanitarias urgentes” y que luego se le permita regresar a la tierra que considera su hogar.

“Ángel no pide mucho”, señaló su abogada, Eleanor Sintjago, al citado diario.

El Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS, en inglés) le denegó el permiso. Un portavoz de la agencia aseguró que desde el 5 de septiembre han dejado de conceder estas autorizaciones humanitarias (en los cinco años en los que estuvo en vigor DACA de forma regular, se concedieron 42.600 permisos de viaje a soñadores).

“Espero que contando mi historia tenga la posibilidad de ver a mi madre”, dijo Martínez a The Guardian. “Y espero que cambien las cosas para otra gente como yo”, añadió. Los doctores le han dicho que si coge una infección grave, puede matarle: “Sólo quiero ver a mi madre antes de que eso ocurra”.