IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

“Sigue llorando y preguntando ‘¿dónde está papá?”

ICE deporta a un inmigrante que cuidaba y sostenía económicamente de su hijastro de seis años, con medio cuerpo paralizado por un accidente. Fue detenido por conducir sin licencia. Esto es lo que pasó a continuación.

Yancarlos Méndez, de 27 años, fue deportado el pasado martes a República Dominicana tras perder una batalla legal que duró meses. “Estamos tristes, pero desafortunadamente no podíamos hacer nada más”, ha indicado Sandra Mendoza, su esposa, al diario The Cincinnati Enquirer.

Mendoza, de 24 años, es inmigrante indocumentada, a la espera de conseguir un visado especial por violencia doméstica tras denunciar a su anterior pareja. Con ese hombre, también inmigrante indocumentado, tuvo un hijo, Ricky, que ahora tiene seis años.

El niño, de nacionalidad estadounidense, quedó paralizado de cintura para abajo en un accidente de tráfico en febrero de 2017. Méndez era quien soportaba financieramente a la familia; además estaba, junto a su esposa, certificado para cuidarlo físicamente. Y era su padre adoptivo y soporte emocional.

Méndez llegó al país de forma ilegal en 2015, y trabajaba como mecánico de autos. Fue detenido en noviembre por conducir sin licencia, y sentenciado a 30 días de prisión en la cárcel del condado de Butler (Ohio). Luego fue entregado al Servicio de Inmigración y Control de Fronteras (ICE, en inglés).

El 4 de enero, ICE rechazó su apelación, alegando el daño que sufriría el niño en caso de que él fuera deportado. El 12 de enero, un juez de apelaciones congeló temporalmente su expulsión, pero en febrero la misma corte rectificó esa decisión. Al día siguiente, Méndez y Mendoza se casaron en la cárcel donde él estaba encerrado, y pudieron abrazarse tras dos meses sin verse.

El 13 de febrero, la Corte Suprema aplazó temporalmente la deportación para que un juez pudiera examinar su apelación, pero ésta fue denegada.

Ricky todavía no sabe que su padre ha sido expulsado del país. “Sigue llorando y preguntando ‘¿dónde está papá?”, explica Mendoza.