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Trump quiere eliminar “lotería de visas”, pese a los beneficios del programa

Contrario a lo que dice Trump, la “lotería de visas” no es un proceso “al azar”

WASHINGTON— El presidente Donald Trump instó nuevamente al Congreso esta semana a que elimine la “lotería de visas”, argumentando que atrae a “lo peor de lo peor” y es una amenaza para la seguridad nacional pero, según activistas, al menos la mitad de los beneficiarios tiene títulos universitarios y contribuyen al crecimiento económico del país.

La eliminación de la “lotería de visas” es uno de los pilares del plan migratorio que Trump ha presentado al Congreso, a cambio de la legalización de 1,8 millones de Dreamers.

Trump quiere establecer un sistema migratorio en base a “mérito” para reemplazar el sistema de visas legales.

La lotería de visas concede 50,000 visas al año a inmigrantes de países con baja representación en este país, y está pensada precisamente para promover la diversidad cultural.

Bajo presiones de grupos ultraconservadores que exigen restringir aún más la inmigración legal, ahora Trump pide eliminar el programa.

Es hora de terminar con la lotería de visas. El Congreso debe asegurar el sistema de inmigración y proteger a estadounidenses”, dijo Trump en Twitter.

Trump incluyó en su mensaje en Twitter el jueves un enlace a un comunicado del Departamento de Justicia sobre el caso de un sudanés que, antes de obtener la ciudadanía, se ganó la residencia mediante ese sorteo.

El caso se refiere a Mubarak Ahmed Hamed, que en 2010 se declaró culpable de conspirar para la transferencia ilegal de más de un millón de dólares a Irak, violando sanciones federales contra ese país.

El Departamento de Justicia quiere eliminar la ciudadanía estadounidense de Hamed, argumentando que éste usó su grupo para canalizar dinero a organizaciones terroristas en Irak.

El Tribunal Supremo ha dictaminado que el gobierno puede revocar la ciudadanía solo si demuestra que el inmigrante mintió al solicitarla, y no está claro que el gobierno gane el caso.

Actvistas pro-inmigrantes en todo el país han condenado el plan migratorio de Trump, por considerar que éste refleja los deseos de grupos xenófobos y no refleja la realidad de la mayoría de los inmigrantes.

Julia Gelatt, una analista de política migratoria del Instituto de Política Migratoria (MPI), refutó hoy en blog los argumentos de la Administración de que la “lotería de visas” atrae a gente con bajos niveles de educación.

Los datos oficiales del gobierno muestran una narrativa distinta: la mitad de los que han ganado una visa mediante la lotería tiene diplomas universitarios y altas destrezas laborales.

“Estos individuos con altas destrezas viene pese al hecho de que el programa no está pensado para premiar el mérito; sólo se requiere que tengan un diploma de secundaria o equivalente, o dos años de experiencia laboral en puestos de nivel intermedio”, explicó Gelatt.

Un análisis de Gelatt reveló que entre los inmigrantes recién llegados de 19 países, y con edades a partir de los 25 años, 50% tenía al menos una licenciatura, en comparación con 32% de la población estadounidense en 2016.

Un 16% tenía algún nivel de educación universitaria y un 12% tenía menos que un diploma de secundaria.

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Contrario a lo que dice Trump, la “lotería de visas” no es un proceso “al azar” que permite el ingreso de cualquier persona en EEUU, y los gobiernos de los respectivos países no juegan ningún papel en el proceso de solicitud o selección. 

Además, hasta ahora no hay pruebas de que criminales o posibles terroristas hayan entrado al país mediante este programa.

Los solicitantes someten una solicitud en línea y el gobierno de EEUU hace un sorteo los que reúnen todos los requisitos. Una vez que la persona “gana” un cupo, entonces puede iniciar los trámites para obtener la “tarjeta verde”.

En declaraciones a este diario, el argentino Rafael Iglesias, quien ganó la “lotería de visa” hace 24 años, explicó hoy que tuvo que pagar una cuota, someterse a una revisión de antecedentes penales, examen médico, y demostrar que tenía al menos su diploma de secundaria.

“No fue un proceso fácil, tuve que entregar varios documentos, someterme a una extensa revisión de la policía. Al final, entregué todos los documentos y esperé dos a tres meses más para recibir la tarjeta verde”, dijo Iglesias, quien primero trabajó como paralegal en una firma de abogados en Nueva York.

Iglesias ahora trabaja como fotógrafo independiente, y subrayó que “la mayoría de los inmigrantes venimos a contribuir al país”.

Gelatt consideró que no es necesario un sistema con base a “mérito” porque a los inmigrantes de todo el mundo, con talentos y altas destrezas laborales, “los motiva el querer contribuir sus destrezas y perspectivas únicas a EEUU”.

Vendrán a EEUU a través de cualquier vía posible, ya sea a través de visas familiares, de patrocinio laboral, o la lotería de visas, puntualizó Gelatt.