Se sabía que el segundo cierre del Gobierno de EEUU en menos de un mes iba a ser breve. La Cámara de Representantes aprobó la madrugada de este viernes la medida presupuestaria y levantó el cierre de la Administración. Previamente, el Senado también aprobó el proyecto presupuestario para los próximos dos años.
El proyecto necesita ahora la rubrica del presidente de EEUU, Donald Trump, para hacer efectiva la reapertura administrativa.
La Cámara de Representantes aprobó las cuentas con 240 votos a favor y 186 en contra sobre las 05.30 hora local después de que el Senado hiciera lo propio con 71 votos favorables y 28 contrarios a las 02.00.
El cierre sorpresivo se devió a una maniobra dilatoria de un senador republicano, Rand Paul (Kentucky), que rechazaba aumentar de manera descomunal el gasto público. Nadie se lo esperaba porque losrRepublicanos y demócratas habían alcanzado el día anterior un principio de acuerdo para solucionar el conflicto presupuestario, que ya había causado otro cierre en enero.
El senador Rand Paul no estaba a favor del acuerdo alcanzado y decidió extender su turno de palabra hasta el máximo posible, llevando la discusión hasta más allá de la medianoche. El dinero con el que cuenta el Gobierno para funcionar duraba precisamente hasta medianoche, de forma que, técnicamente, se produjo un cierre por falta de presupuesto. En otras circunstancias, eso significaría enviar a casa a decenas de miles de trabajadores federales y cancelar todos los servicios no fundamentales, pero en esta ocasión fue un cierre fugaz.
El primer cierre duró tres días, hasta que los demócratas aceptaron una prórroga temporal que acababa precisamente esta medianoche. Cabe recordar que el Partido Republicano tiene mayoría en la Cámara de Representantes y en el Senado, pero no lo suficientemente amplia como para aprobar los presupuestos por su cuenta.
El acuerdo alcanzado en enero daba tiempo para negociar una solución definitiva, que pareció acordarse ayer. A cambio, los demócratas obtuvieron además la promesa de una votación sobre el futuro de los soñadores, los 800.000 jóvenes llegados al país de la mano de sus padres cuando eran niños, y que a partir del 5 de marzo quedarán al borde de la deportación. Sin embargo, el nuevo acuerdo alcanzado ayer no contempla temas migratorios, que parecen haberse dejado para más adelante.