Uno de los dos sacerdotes asesinados a tiros en una emboscada vial había sido fotografiado anteriormente con un rifle de asalto en compañía de hombres armados y enmascarados, dijo el martes un fiscal en el sur de México.
Xavier Olea, el fiscal principal del estado de Guerrero, dijo que los dos sacerdotes asistieron el lunes a un concierto al aire libre, en el que participaron varios miembros de bandas de narcotraficantes. Olea dijo que los sacerdotes estaban bebiendo, lo que llamó "una indiscreción". Los dos fueron asesinados a tiros junto con otras cuatro personas cuando un grupo de hombres armados atacaron su camión mientras regresaban a casa después del concierto.
Olea sostuvo que hubo una pelea en el concierto que involucró el grupo de conocidos de los sacerdotes y que los sacerdotes fueron asesinados aparentemente por pistoleros de una de las pandillas. Dijo que la fotografía del sacerdote, el reverendo Germán Muñoz García, con el rifle de asalto llevó a los pistoleros a pensar que estaba asociado con un rival. Agregó que la foto circuló en las redes sociales con mensajes, presumiblemente de otras pandillas.
El obispo Salvador Rangel, que supervisa la diócesis donde se asignó Muniz, criticó los comentarios del fiscal. "No estoy de acuerdo con que quieran vincular al padre Germain con narcotraficantes debido a una fotografía que está circulando por ahí ", apuntó. Rangel dijo que Muniz García trabajaba en un área donde abundan las minas controladas por bandas de narcotraficantes. Agregó que el sacerdote "tenía que saludarlos" para entrar al área.
El obispo también aseguró que él personalmente había estado en contacto con los líderes de algunas pandillas que trataban de mantener a sus sacerdotes a salvo. "Lo he dicho abiertamente: he hablado con los capos, con los líderes de estos grupos, para cuidar a los sacerdotes, monjas y estudiantes de seminario", dijo Rangel. "Siempre he hablado del diálogo en la búsqueda de la paz".
Más tarde, Rangel dijo que la distribución de la imagen del sacerdote con el arma era "una guerra sucia". Rangel instó a las autoridades a investigar a fondo los asesinatos. En asesinatos anteriores de sacerdotes, los fiscales mexicanos han sido acusados de apresurarse a asociar los asesinatos con el consumo de alcohol por parte de las víctimas.
Los líderes de la Iglesia han llamado a algunos de esos comentarios como un intento de difamar a los sacerdotes asesinados. México ha sido un lugar extremadamente peligroso para los sacerdotes, especialmente en los estados de Veracruz, Guerrero y Michoacán. El Centro de Medios Católicos de México dice que 21 sacerdotes han sido asesinados en México desde diciembre de 2012, incluidos los dos sacerdotes asesinados el lunes cerca de la ciudad turística de Taxco, al sur de Ciudad de México.