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Trump cuenta cuál será el futuro de millones de inmigrantes… y es abucheado en el Congreso

El presidente recibe un abucheo en el Congreso cuando explicaba su plan migratorio. Te contamos qué pasará con millones de indocumentados, y qué palabras han merecido ese abucheo
Seguidores de Trump ven su discurso en un cine de Arizona.
Seguidores de Trump ven su discurso en un cine de Arizona. AP / AP

Entre las lluvias de aplausos que ha recibido esta noche el presidente, Donald Trump, durante su discurso del estado de la nación (eso sí, la mayoría secundados sólo por el Partido Republicano), se ha colado un ligero abucheo, el único de la noche, que se ha podido escuchar precisamente cuando hablaba de inmigración y, en concreto, sobre el futuro de millones de indocumentados, entre ellos los padres de algunos de los soñadores que le escuchan en directo en el Congreso, invitados por el Partido Demócrata.

“En unas pocas semanas, la Cámara de Representantes y el Senado votarán sobre una reforma migratoria”, ha explicado el presidente. Tanto la Casa Blanca como las dos cámaras del Congreso negocian estos días la mayor reforma del sistema de inmigración de las últimas décadas, con muchos puntos en común y diferencias puntuales pero abismales que pueden definir el futuro de millones de inmigrantes indocumentados. Hay dos fechas límites: el 8 de febrero, cuando el Gobierno federal se queda sin dinero de nuevo y cerrará, han amenazado los demócratas, si no hay acuerdo; y el 5 de febrero, cuando expira DACA y los soñadores quedan expuestos a la deportación.

El presidente ha presumido de haber negociado durante meses con ambos partidos para cerrar una propuesta bipartidista que supone “un compromiso justo” en el que “nadie obtiene todo lo que desea, pero el país consigue las reformas críticas que necesita”.

Este plan, presentado el pasado viernes, tiene cuatro pilares, según sus palabras: el primero de ellos es abrir el camino a la ciudadanía para los 1,8 millones de jóvenes llegados al país de la mano de sus padres cuando tenían menos de 16 años. Son no sólo los 800.000 soñadores con DACA, sino también aquellos que pudieron tener este programa y no lo tienen.

El segundo pilar es “asegurar completamente la frontera”, lo que supone, ha dicho, construir el muro que prometió en campaña, y contratar a más agentes del Servicio de Inmigración y Control de Fronteras (ICE, en inglés). Aunque no lo ha mencionado, esta noche, el presidente pide 25.000 millones de dólares al Congreso durante los próximos años (pero con un compromiso cerrado ahora) con este fin.

Además, Trump quiere “cerrar los huecos” que, en su opinión, alimentan a pandillas criminales como el MS-13. En concreto, quiere acabar con la política que lleva a “liberar” a los menores indocumentados que llegan al país, una práctica “peligrosa” porque, en su opinión, permite la llegada de asesinos.

El tercer pilar es terminar con la lotería de diversidad, los 50.000 visados que se reparten al azar aunque con todos los controles de seguridad pertinentes; Trump, aboga en su lugar por un sistema de inmigración basado en el mérito (en realidad, la edad, el conocimiento de inglés, las capacidades profesionales, la educación, etcétera).

El cuarto pilar, es restringir los visados de reunificación familiar, permitiendo a ciudadanos y residentes traerse únicamente a cónyuges e hijos menores de edad. Para criticar tanto la lotería de diversidad como los visados familiares (que él considera “emigración en cadena”), ha puesto de nuevo como ejemplo los atentados de Nueva York de los últimos meses.