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Así es la "excelente" salud de Trump: colesterol alto, sobrepeso y ningún signo de demencia

El doctor de la Casa Blanca ofrece un detallado informe de la "excelente" salud del presidente, después de hacerle por primera vez un examen mental. Éste fue el resultado
Trump, en una rueda de prensa este martes en la Casa Blanca.
Trump, en una rueda de prensa este martes en la Casa Blanca. AP / AP

El presidente, Donald Trump, tiene “una salud excelente”, según el médico de la Casa Blanca, Ronny Jackson, fundamentalmente porque no fuma, no consume alcohol, y tiene “una genes increíblemente buenos”. Toma pastillas para el colesterol (y contra la calvicie), y tiene que cambiar su dieta y empezar a hacer ejercicio, pero, según el doctor que le examinó el pasado viernes, “está muy saludable y seguirá así el resto de su presidencia” (en principio, hasta 2020). A petición del propio presidente, Jackson le sometió además a un examen cognitivo, que mide indicios de senilidad o enfermedades como Alzheimer: el resultado fue “extraordinariamente bueno”.

Lo que más sorprendió al médico durante el examen, según ha señalado este martes en una larguísima y detallada rueda de prensa en la Casa Blanca, fue la “excelente” salud cardiaca del presidente, que atribuye a sus “genes increíbles”. Quizá por su proverbial afición a las hamburguesas con queso, quizá porque tiene ya 71 años (es el presidente más anciano en llegar a la Casa Blanca), Trump “tiene que bajar el colesterol” para “rebajar el riesgo cardiaco”. El médico le ha subido la dosis de medicina que toma para combatir ese problema.

Además, según ha explicado el doctor, pretende perder peso (entre 10 y 15 libras; ahora tiene 239 para una altura de seis pies y tres pulgadas). Para ello, debería hacer ejercicio aeróbico y cambiar su dieta: Trump no se ha mostrado muy entusiasta respecto a lo primero, según el médico. En la actualidad no hace ejercicio, pero tiene “mucha energía y estamina”, más incluso que sus colaboradores, según ha demostrado en viajes largos y agotadores, según Jackson.

El doctor no ha querido entrar a valorar el comentario del propio Trump de que es el presidente más sano de la historia del país. Pero ha querido dejar claro que le quedan años de vida sin problemas de salud, y una gran posibilidad de resistir sin sobresaltos el resto de su presidencia (aunque quizá no para vivir 200 años, como él mismo ha bromeado, según el doctor).

Por primera vez en la historia reciente, según el médico, un presidente se ha sometido a un examen cognitivo. El doctor no lo veía necesario, porque pasa, según ha dicho, tiempo con él todo los días y no tiene “absolutamente ninguna preocupación” sobre a posibilidad de que pueda estar perdiendo la cabeza debido a su edad o a una enfermedad cerebral. “Lo hicimos porque él me lo pidió”, ha indicado Jackson.

La semana pasada, justo antes del examen médico, cobró fuerza el debate público sobre la salud mental del presidente, hasta el punto de que él mismo señaló en la red social Twitter que es “un genio muy estable”. El examen cognitivo al que fue sometido el viernes (conocido como MOCA) no es, según ha dejado claro el médico, no es un examen psiquiátrico: es decir, puede detectar la senilidad en caso de haberla (no la hay, según el médico), pero no enfermedades mentales que pudieran convertirle en inestable.

Respecto a la actitud de Trump respecto a los médicos, Jackson aseguró que es “muy independiente”, porque cuando necesita una venda no acude a pedírsela a él. “Es un buen paciente”, que “la mayor parte de las veces es muy cooperativo”. Por lo demás, “como con el resto de presidentes” a los que ha tratado Jackson, a veces el médico considera necesario hablar con la primera dama para convencerle.