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Senadores logran acuerdo sobre inmigración pero la Casa Blanca lo rechaza

Un grupo de republicanos y demócratas cierran un acuerdo sobre soñadores, visados familiares, lotería de diversidad y seguridad. Pero a Trump no le gusta. Te explicamos qué está pasando
Trump, en un acto en la Casa Blanca este jueves.
Trump, en un acto en la Casa Blanca este jueves. AP / AP

¿Hay ya un acuerdo sobre los soñadores? ¿Incluye la construcción de un muro en la frontera mexicana, o el final de la lotería de diversidad y los visados de reunificación familiar, como desea la Casa Blanca?

No está claro. No es tan fácil.

El Partido Demócrata, que está en minoría en el Senado y la Cámara de Representantes, está presionando para lograr la aprobación de una ley que solucione el futuro de los soñadores. Estos 800.000 jóvenes, que llegaron al país de forma ilegal cuando eran niños de la mano de sus padres, podrán ser deportados a partir del 5 de marzo, cuando muera finalmente la Condición de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, en inglés).

Trump acabó en septiembre con este programa (impulsado como una orden presidencial por el demócrata Barack Obama en 2010), pero dio seis meses al Congreso para aprobar una ley que salvara a los soñadores de la deportación. Hasta ahora, no ha habido un acuerdo al respecto. Los demócratas quieren solucionarlo con una ley que sólo trate este asunto; los republicanos, incluido el presidente, quieren incluir otros temas, fundamentalmente la seguridad fronteriza.

Los demócratas no tienen mayoría, necesitan que un número suficiente de republicanos apoyen sus posturas. A favor tienen que están negociando al mismo tiempo una partida presupuestaria que evite que el Gobierno se quede sin dinero (la fecha límite es el 19 de enero), y para eso Trump sí necesita su apoyo. 

Quizá por ello, o quizá porque el presidente parece dispuesto a solucionar este asunto lo antes posible y sacar el máximo beneficio político de ello (a cambio de despejar el futuro de los soñadores, pretende conseguir dinero para construir el muro, una de sus principales promesas electorales, y que cuenta con el rechazo frontal de los demócratas), la negociación en el Congreso se ha acelerado esta semana.

Pero la cosa se complica aún más.

Hay al menos dos grupos de congresistas negociando una ley con posibilidades de ser aprobada por una mayoría suficiente de ambos partidos y en ambas cámaras.

Por un lado, el senador republicano Jeff Flake, que comanda un grupo de seis congresistas de ambos partidos, ha asegurado este mediodía haber llegado a un acuerdo sobre DACA, visados de reunificación familiar, lotería de diversidad, y seguridad en la frontera.

“El grupo bipartidista del senador Flake, el único grupo bipartidista que está negociando una solución a DACA, ha llegado a un acuerdo”, ha dicho el portavoz de Flake, Jason Samuels.

En virtud a este acuerdo, los soñadores podrían residir y trabajar legalmente en Estados Unidos, y acceder a la ciudadanía en 10 años (es decir, no podrían votar a favor o en contra de Trump en 2020); sus padres podrían quedarse legalmente en el país, aunque no tendrían derecho jamás a la ciudadanía. La lotería de diversidad cambiaría para reservar puestos para los países que cuentan o contaban con un estatus especial de protección (TPS). A cambio, el presidente recibiría 2.800 millones de dólares para seguridad fronteriza, incluidos 1.600 millones para el muro. 

El senador republicano Lindsey Graham, que forma parte de ese grupo, ha explicado sin embargo que mostraron el acuerdo a la Casa Blanca pero pareció no aceptarlo. Sin embargo, en un comunicado posterior, este grupo ha indicado que intentará sumar apoyo suficiente en el Congreso como para aprobarlo.

Hay otro grupo, en el que participa el senador John Cornyn y otros republicanos, que está trabajando mano a mano con la Casa Blanca y que asegura que, por ahora, no hay acuerdo.

Quizá por todo ello, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, ha asegurado esta tarde que aún no hay acuerdo, añadiendo: “Creemos que podemos llegar a él y estamos centrados en conseguirlo, seguiremos trabajando con demócratas y republicanos para lograrlo”. Según Sanders, los soñadores “deberían tener confianza” en que se cerrará un pacto satisfactorio.

En resumen: uno de los dos grupos tiene un acuerdo, el otro no lo tiene; unos y otros tendrán que someter su acuerdo al presidente, a la Cámara de Representantes y al Senado, y lograr la aprobación de todos ellos. Sólo entonces habrá una solución. Entre tanto, el reloj sigue avanzando: fecha límite, 5 de marzo.