El momento álgido de la temporada de gripe varía de año en año, pero, por lo general, en Estados Unidos se extiende de diciembre a febrero; hasta mayo sigue siendo temporada alta, sin embargo. Este año, comenzó despacio, en octubre, pero sigue creciendo, sobre todo en el sur; ahora ya se está extendiendo a gran velocidad en Nueva York y California. Y parece ser peor que en otros años.
El virus causa una infección del sistema respiratorio, y puede provocar complicaciones graves como neumonía, bronquitis o infecciones de oído. Se contagia entre personas muy fácilmente, basta con que una persona infectada nos hable de cerca, o tosa o estornude. Afecta a personas de todas las edades y tiene un ámbito global.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estiman que, desde 2010, la gripe ha provocado cientos de miles de hospitalizaciones y entre 12.000 y 56.000 muertes al año en Estados Unidos. Este año, la epidemia podría ser peor porque, a inicios de diciembre, ya se han confirmado 7.000 casos, el doble que el año pasado en las mismas fechas. Entre el 1 de octubre y el 25 de noviembre, se han registrado 566 hospitalizaciones.
Este año parece que la cepa predominante en Estados Unidos es la misma que sufrió Australia, la H3N2, considerada como especialmente virulenta y calificada como la peor históricamente. Ocho de cada 10 virus circulando por el país actualmente pertenecen a esa cepa.
Todavía es pronto para saber cuán efectiva será la vacuna este año: este medicamento se elabora a partir de las cepas del virus del año anterior, por lo que las mutaciones pueden invalidarlo en algunas ocasiones. El año pasado, la vacuna tuvo una efectividad del 42%. Sin embargo, es totalmente inofensiva, en muchos casos gratuito si tiene seguro médico, o barato si no lo tiene, y es muy recomendable vacunarse, especialmente si es niño, anciano o está embarazada.