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Fue condenado a la silla eléctrica y a cadena perpetua. Saldrá libre en Navidades

Joseph Giarratano confesó el asesinato de una mujer y su hija. Fue condenado a muerte. Luego, a cadena perpetua. El día 20 será libre. Esto pasó.
Joseph Giarratano, en una imagen de 2015.
Joseph Giarratano, en una imagen de 2015. AP / AP

Joseph Giarratano violó y estranguló a una adolescente de 15 años, y luego acuchilló hasta la muerte a su madre. O al menos eso confesó, no una sino cinco veces. Fue condenado a muerte. Luego, a cadena perpetua. Estas Navidades, saldrá libre. Quiere irse a vivir a Charlottesville y ganarse la vida como paralegal. “Creo que es inocente”, le defiende el actor Mike Farrell. Pero, añade, “entiendo que la gente sea reacia a aceptar la idea de que no cometió ese crimen, no había pruebas pero confesó”. ¿Qué es lo que sucedió pues?

El 4 de febrero de 1979, Giarratano tenía 21 años, trabajaba como pescador tras dejar la escuela sin graduarse, y vivía en Norfolk (Virginia) con Toni Kline, de 44 años, y su hija Michelle, de 15. Era drogadicto y alcohólico desde los 10 años. Ese día se despertó tras desmayarse debido al consumo de estupefacientes y encontró el cadáver de ambas mujeres. Dio por hecho que las había asesinado, según dijo, y huyó a Florida, aunque terminó por entregarse a la policía. Intentó suicidarse dos veces. Pidió que le condenaran a muerte: eso sí lo consiguió.

Tras pasar 12 años en el corredor de la muerte, el entonces gobernador de Virginia, Lawrence Douglas Wilder (demócrata) le perdonó unas horas antes de sentarse en la silla eléctrica, conmutando la pena capital por cadena perpetua con posibilidad de libertad bajo fianza a los 25 años. Eso fue en 1991. Su tiempo se ha cumplido. Ahora tiene 59 años y ha pasado 38 en prisión.

Giarratano confesó cinco veces el crimen, y ninguna fue igual a la anterior. A esas inconsistencias se sumó que la sangre y el resto de fluidos hallados en la escena del crimen correspondían a otra persona, y las cuchilladas pareció darlas un diestro, cuando él era zurdo. La condición de su perdón era sin embargo no someterse a un nuevo juicio sino aceptar su pena.

Cuando entró en prisión, Giarratano era un joven drogadicto y suicida, que había sido golpeado por su madre; conoció a su padre en prisión, cuando fue condenado con 17 años por robar un coche para escapar de un reformatorio. En la cárcel estudió leyes. Defendió a un compañero condenado a muerte, que logró su absolución. Está limpio de alcohol y drogas. Pudo obtener la condicional desde 2004, y desde 2004 se le negó. Hasta el mes pasado, según informa el diario Richmond Times-Dispatch.

Joseph Giarratano saldrá en libertad condicional el próximo 20 de enero, apenas unos días antes de Nochebuena.