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¿Por qué seguidores de Trump están destruyendo máquinas de hacer café?

Ingredientes: un candidato republicano acusado de sexo con una niña, un periodista que lo justificó, y un fabricante que boicoteó su show
Una maquina de hacer café de la marca Keurig, en una imagen de 2012.
Una maquina de hacer café de la marca Keurig, en una imagen de 2012.AP / AP

Un hombre lanza una máquina de hacer café desde la altura y la hace estallar en pedazos contra el suelo. Otro la golpea con un palo de golf. Otro la destroza a bastonazos. Otro, a martillazos. Otro, de un flechazo. Son tantos que se convirtieron en tendencia en Twitter el domingo. Aparentemente, tienen en común ser seguidores del presidente, Donald Trump, o, al menos, del presentador de Fox News Sean Hannity. Las cafeteras son todas de la marca Keurig, y su destino fatal está relacionado con el candidato republicano Roy Moore, al que han acusado de abusar sexualmente de una menor y que ha abierto una gran crisis en el partido.

Antes que nada, veamos qué suerte han corrido las cafeteras:

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¿A qué se debe toda esta violencia contra cafeteras? Todo comenzó cuando el diario The Washington Post publicó el testimonio de cuatro mujeres, con nombre y apellido, que aseguran que Roy Moore intentó seducirlas cuando eran adolescentes; entre ellas, Leigh Corfman, que afirma que mantuvo relaciones sexuales con Moore en 1979, cuando ella tenía 14 años y él tenía 32. 

Moore ha tachado estas acusaciones de “falsas”. “¿Por qué salen ahora? Porque hay grupos que no me quieren en el Senado”, añadió, en referencia presuntamente al Partido Demócrata pero también a un sector de los republicanos que le han pedido que renuncie por este motivo (entre ellos, el líder en el Senado, Mitch McConell). Trump indicó que, si las acusaciones se prueban ciertas, debería dimitir.

Hannity, sin embargo, pareció justificar a Moore en su programa de televisión al señalar que las relaciones sexuales habían sido consentidas; lo hizo justo después de reseñar que la niña tenía 14 años. Poco después se retractó y condenó sus propias palabras, pero siguió insistiendo en la posibilidad de que las mujeres estuvieran acusando a Moore a cambio de dinero o por motivos políticos.

A raíz de esta polémica, la marca de cafeteras Keurig anunció públicamente el sábado que había retirado sus anuncios en el programa de televisión de Hannity. Este tipo de boicot fue el que terminó por sellar el destino de Bill O’Reilly en Fox News tras las acusaciones de abusos sexuales vertidas contra él.

Y así comenzó una protesta que la escritora Geraldine DeRuiter dibuja como “gente destruyendo cafeteras para mostrar su apoyo a abusadores sexuales de niños”, y otros engloban en un debate sobre la libertad de expresión y el respeto a la labor de los periodistas cuyas ideas políticas uno no comparte.

Para estas cafeteras, sin embargo, las razones poco importan ya:

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