El presidente Trump promovió su campo de golf en Nueva Jersey durante un discurso ante el parlamento de Corea del Sur, que fue trasmitido en vivo por televisión desde Tokio a Seúl y Washington.
Trump elogió a Corea del Sur por el notable aumento crecimiento económico después de la Guerra de Corea hace seis décadas, y alabó los avances de la nación asiática en ingeniería, tecnología, medicina, música y educación, entre otros.
Pero entonces, sin que viniera mucho al caso, comenzó a hablar de golf.
"Los golfistas coreanos son algunos de los mejores en la Tierra", dijo, tras lo cual se escucharon aplausos. Hizo una pausa y agregó: "Y saben lo que voy a decir: el Abierto Femenino de EE. UU. se celebró este año en el Trump National Golf Club en Bedminster, Nueva Jersey".
Se refería, por supuesto, a una de sus famosas propiedades, que suele visitar en verano.
Trump recordó que Sung Hyun Park, una surcoreana, ganó el torneo y siete más de sus compatriotas terminaron entre las 10 primeras, y felicitó a las atletas, lo cual fue recibido con más aplausos.
La alusión a su famoso campo de golf es vista por los críticos de Trump como un abuso de poder y un conflicto ético. Los funcionarios estadounidenses tienen prohibido promover sus negocios personales mientras ejercen un cargo público, y pueden estar sujetos a sanciones por ello.
Pero durante el gobierno de Trump la línea divisoria entre ambas esferas es cada vez más tenue. Muchas delegaciones de gobiernos extranjeros se han alojado en el Trump International Hotel en Washington. Y según un análisis de The New York Times, Trump ha pasado 95 de los 277 días de su presidencia en una propiedad suya.
Los reporteros en la sala del discurso de Trump dijeron que su audiencia surcoreana saludó con entusiasmo al presidente, debido al elogio a las golfistas.