TAMPA, Fla. - Romano Whitley acababa de llegar a su casa el 11 de octubre cuando escuchó sonidos que parecían petardos, pero después de asomarse a la ventana del dormitorio de su casa en Seminole Heights, una zona residencial de Tampa, no pensó más en ello.
"No vi un automóvil", dijo Whitley. "No escuché a nadie gritar".
Había escuchado los disparos que mataron a Monica Hoffa, de 32 años, una profesora del lenguaje de señas, cuyo cuerpo fue descubierto dos días más tarde, después de que Whitley pidiera que se cortara la hierba demasiado alta de un lote cercano de la ciudad.
"Nadie podía verla en la hierba", dijo. "Nos sentimos horribles".
Hoffa es una de las tres víctimas de una serie de asesinatos que las autoridades ahora creen que están vinculados: la primera víctima aparente, Benjamin Mitchell, de 22 años, estudiante universitario comunitario, murió de un disparo mientras esperaba un autobús el 9 de octubre.
Anthony Naiboa, de 20, fue asesinado el jueves pasado después de tomar el autobús equivocado del trabajo a su casa. Su cuerpo fue encontrado a 300 yardas de donde fue hallado Mitchell.
La policía aún no ha identificado a un sospechoso ni ha determinado un motivo. Los asesinatos se cometieron en un radio de 1 milla durante dos semanas, lo que generó una oleada de ansiedad en este vecindario histórico de cervecerías y restaurantes, bungalows y casas victorianas.
"Todos nos sentimos un poco conmocionados y preocupados de que podamos ser la próxima víctima", dijo Stan Lasater, presidente de la Asociación Cívica del Sudeste de Seminole Heights.
"Siempre hemos tenido pequeños delitos menores", agregó. "Pero cuando tuvimos el primer asesinato, la comunidad quedó realmente conmocionada. Y luego tuvimos el segundo y el tercero, y ahora la comunidad está definitivamente alerta".
El jefe de policía de Tampa, Brian Dugan, dijo que las muertes estaban "aterrorizando" al vecindario, pero instó a los residentes a continuar como de costumbre: haciendo barbacoas, paseando a sus perros, encendiendo las luces de su porche.
"No vamos a ser tomados como rehenes", dijo.
Dugan se ha negado a describir la cadena de muertes como el trabajo de un asesino en serie, diciendo que se sabe muy poco sobre los crímenes.
"He evitado deliberadamente esa etiqueta porque no quiero que la gente se centre en una sola persona", dijo. "No sabemos si es más de una persona [o] un grupo de personas".
Mientras tanto, los residentes viven entre la vigilancia y la ansiedad. Whitley dijo que ha estado despierta toda la noche, mirando por la ventana, mientras que Lasater explicó que la asociación está ayudando a promover una campaña para iluminar las entradas de las casas: "Estamos dificultando que este tipo se cuele en el vecindario sin ser visto", dijo, y señaló que está coordinándose con la policía para asegurarse de que las personas obtengan información precisa.
En una muestra de desafío que se duplicó como una especie de homenaje, la gente desfiló por el vecindario el viernes, colocando flores y velas en los tres lugares donde se hallaron los cadáveres. También se realizó una vigilia el domingo, informó la afiliada de NBC WFLA.
Mientras tanto, los familiares de las víctimas luchaban por comprender lo sucedido.
"Todo el mundo está cerrando sus puertas, y no se debería tener que vivir así", dijo Angelique DuPre, prima de Mitchell. "No deberías tener miedo a pararte afuera a las 7 en punto de la noche porque a una persona loca simplemente le ha dado por quitarle la vida a esta persona".
DuPre dijo que Mitchell, quien trabajaba en Ikea para pagar las clases en el Hillsborough Community College, donde estudiaba negocios, estaba tomando el autobús para ver a su novia la noche en que fue asesinado.
Le suplicó al asesino de su primo que se rindiera.
“Estás hiriendo a las familias que van a vivir con esto por el resto de sus vidas ", dijo." Antes de que sientas que necesitas quitarle la vida a alguien más, entrégate".