Después de pasar 11 meses refugiado detrás de las paredes de la Iglesia Metodista Unida de Filadelfia, el indocumentado mexicano Javier Flores García pudo salir sin temor a ser deportado gracias a regulaciones legales que protegen a las víctimas de algunos delitos que han cooperado con las autoridades estadounidenses.
Flores, de 40 años, emergió sonriente con su esposa y tres hijos de la iglesia en la calle Arch, donde se refugió el día antes de su fecha de deportación.
El hombre vive en Filadelfia desde 1997 y ha sido detenido varias veces por volver a ingresar al país ilegalmente. En 2015, agentes de inmigración lo arrestaron en una incursión en su casa y lo enviaron a la instalación correccional del condado de Pike por 16 meses, según el sitio web de Juntos, la organización que lo respalda y le buscó representación legal.
Flores podrá evadir la deportación debido a un incidente ocurrido en 2004, cuando fue atacado y apuñalado con cortadores de cajas en Bensalem. Según un informe policial, trabajó con la policía para localizar y arrestar a sus agresores, lo cual lo hace elegible para una visa especial destinada a las víctimas de ciertos crímenes que cooperan con la policía, dijo su abogado Brennan Gian-Grasso.
Aunque su solicitud de visa fue presentada en 2015, Flores requirió una exención específica debido a los reingresos ilegales en territorios estadounidenses. Después de dos denegaciones y apelaciones, el abogado finalmente obtuvo el perdón migratorio o parole la semana pasada.
Gian-Grasso dijo probablemente demorará un año más en finalizar la visa debido a una gran acumulación de casos y después podrá presentar una solicitud de residencia permanente. Mientras tanto estará protegido de la deportación.
Flores había trabajado previamente podando árboles. "Siempre he trabajado al aire libre", dijo al salir, "y nunca he pasado tanto tiempo encerrado."
Por lo general los agentes de Inmigración y Aduanas evitan arrestar a inmigrantes en iglesias, escuelas y hospitales y por ese motivo cientos de iglesias en todo el país han proporcionado refugio a indocumentados en riesgo de deportación inmediata.
Esta semana, un ex académico indonesio, ganador de una beca Fulbright de 68 años de edad buscó refugio en una iglesia en Meriden, Connecticut, para evitar una deportación inminente.