El presidente Donald Trump dijo este martes que la derogación de la Acción Diferida para Llegadas en la Niñez (DACA) será paulatina y que sus beneficiarios no serán prioridades en los procesos de deportación, e instó al Congreso a trabajar para buscar una reforma migratoria.
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“No estoy a favor de castigar a los niños, la mayoría de los cuales son ahora adultos, por las acciones de sus padres. Pero también debemos reconocer que somos nación de oportunidades porque somos una nación de leyes”, escribió Trump en una declaración entregada a la prensa poco después que el fiscal general, Jeff Sessions, anunciara la cancelación de la orden ejecutiva que beneficia a unos 800 mil jóvenes inmigrantes en todo el país, conocidos como dreamers o soñadores
“No voy a cortar DACA, simplemente, sino más bien proporcionar una ventana de oportunidad para que el Congreso actúe finalmente”, aseguró.
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También dijo que instruyó al Departamento de Seguridad Nacional para que no priorice deportaciones de receptores de DACA una vez que expiren sus beneficios “a menos que sean criminales, estén involucrados en actividades criminales o sean miembros de una pandilla”.
Trump alegó que el programa implementado por orden ejecutiva del gobierno de Obama en 2012 es “ilegal e inconstitucional y no puede ser defendido con éxito en los tribunales”. Fiscales de 10 estados demandaron al gobierno exigiéndole que cancelara DACA, y dieron como ultimátum este martes 5 de septiembre.
Trump dijo que DACA “ayudó a estimular una crisis humanitaria -la oleada masiva de menores no acompañados de Centroamérica incluyendo en algunos casos a jóvenes que se convertirían en miembros violentos pandillas en todo el país, como el MS-13”.
Sin embargo, señaló que la derogación será paulatina y aunque no se aceptarán nuevas solicitudes de permisos de trabajo los existentes serán honrados hasta su fecha de expiración, con un máximo de hasta dos años completos a partir de hoy.
Dijo que se procesarán las solicitudes y renovaciones ya presentadas.
El presidente instó a demócratas y republicanos a trabajar en una reforma migratoria “que sitúe los empleos estadounidenses y la seguridad estadounidense en primer lugar”, sobre la base del mérito, y que priorice a inmigrantes sostenerse financieramente.