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Inmigrantes que quisieron entrar en el Ejército se arriesgan a ser deportados

El Pentágono estudia cancelar un programa que daba la nacionalidad a reclutas, lo que dejaría colgado a un millar de extranjeros indocumentados

Miami, FL.- El Pentágono estudia la cancelación de un programa que ha permitido a miles de inmigrantes incorporarse al Ejército y conseguir así la nacionalidad. Según un informe interno al que ha tenido acceso el diario The Washington Post, estos reclutas podrían suponer un peligro para la seguridad nacional. La cancelación del programa colocaría al borde de la deportación a un millar de aspirantes.

El programa, conocido como MAVNI (Military Accessions Vital to the National Interest), se puso en marcha en 2009 para reclutar a inmigrantes o refugiados en situación legal con formación médica o conocimiento de una lengua extranjera (español, chino, ruso, portugués, etcétera). A cambio, se les ofrecía acelerar los trámites de naturalización, de forma que pudieran obtener la nacionalidad antes de ser enviados a su destino. Unas 10.000 personas han sido reclutadas mediante este programa, y 1.800 se encuentran en proceso.  

A finales del año pasado, el Pentágono paralizó el programa para revisar los protocolos de seguridad con efecto retroactivo, y dejó en el aire el futuro de los aspirantes en curso. En febrero, en un foro de MSNBC, el presidente, Donald Trump, aseguró que arreglaría la situación de aquellos inmigrantes “que planean entrar en el Ejército, que sean admitidos”. “Tenemos que ser muy cuidadosos”, añadió”, “pero la respuesta es que sería una circunstancia muy especial”, dijo al ser preguntado específicamente sobre los soñadores del programa DACA  (los jóvenes llegados al país cuando eran aún niños y que han hecho su vida aquí).

Cesar Vargas, el primer soñador en lograr una licencia de abogado en Nueva York, creó una organización para instar al Pentágono a admitir a estos inmigrantes sin papeles. “Queríamos demostrar nuestro deseo de defender este país, como tantos inmigrantes han hecho desde la Guerra de Independencia,” afirmó en conversación telefónica con Noticias Telemundo.

Nuevos controles a soldados ya nacionalizados

El informe al que tuvo acceso The Washington Post, firmado en mayo y dirigido al secretario de Defensa, Jim Mattis, plantea la rescisión de los contratos de alistamiento ya firmados, lo que abriría la puerta a la deportación de un millar de inmigrantes que se encuentran ya de forma irregular en el país a la espera de ser llamados a filas.

Añade además que 4.100 militares podrían ser sometidos a un nuevo control, aunque reconoce los obstáculos legales para monitorizar a ciudadanos que ya han obtenido la nacionalidad.

En las redes sociales, los interesados en el programa MAVNI se han movilizado para pedir a la Casa Blanca que no deporte a los aspirantes a los que el Pentágono prometió la ciudadanía, y para instar a sus congresistas a que presionen también a Trump. En Facebook (donde al menos tres grupos sobre el programa reúnen a más de 20.000 personas), los comentarios oscilan entre la desolación y el enojo (hay quien incluso sugiere acudir a los tribunales). “Este es un país libre, literalmente hacen lo que les da la gana”, se quejaba un usuario identificado como Jong Hyun Moon.

Hace un año, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) inició una campaña similar, pero en esta caso para frenar la deportación de inmigrantes que ya habían servido en el Ejército. Según un informe publicado por esta organización en julio de 2016, las autoridades estadounidenses han deportado a veteranos que incluso resultaron heridos luchando por Estados Unidos en guerras, pero a la vuelta, al no tener la nacionalidad sino únicamente permiso de residencia, pudieron ser expulsados tras cometer delitos o faltas menores.

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