IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

¿Cómo afectará a los estadounidenses las medidas de Trump hacia Cuba?

Los cambios anunciados por el presidente Trump implican más restricciones en los viajes y negocios con Cuba.

Los cambios en la política hacia Cuba que anunció este viernes el presidente Donald Trump en Miami tendrán su mayor impacto en dos renglones considerados pilares de la sociedad estadounidense: la libertad ciudadana de viajar sin restricciones y la posibilidad de emprender negocios en busca de la prosperidad económica.

Relacionado: Trump: Negociaremos un acuerdo mejor con Cuba si hay avances democráticos

Aunque los viajes turísticos y los negocios con Cuba están restringidos por el embargo impuesto por Washington en 1962, la administración de Barack Obama inauguró una era de deshielo que flexibilizó múltiples prohibiciones para los viajeros y empresarios estadounidenses interesados en acceder a la "isla prohibida" durante más de cinco décadas.

Si bien las medidas anunciadas por Trump no desmantelan esencialmente los beneficios de viajes familiares, remesas y exportaciones agrícolas hacia Cuba, sí imponen mayores controles para los intercambios culturales, religiosos y educativos, así como a los llamados contactos pueblo-a-pueblo, y refuerzan las trabas para la relación comercial de firmas estadounidenses con la isla.

"En este momento estoy cancelando ese pacto sesgado que hizo el gobierno anterior con Cuba", dijo Trump durante su discurso en el Teatro Manuel Artime de La Pequeña Habana, aclamado por cientos de fervientes partidarios de la comunidad cubanoamericana. "Vamos a restringir el flujo de dinero que va directo a los organismos militares y a las fuerzas armadas de Cuba".

La orden ejecutiva firmada por Trump encarga a los departamentos del Tesoro y Comercio a promulgar en los próximos 90 días las nuevas reglas para las operaciones relacionadas con Cuba.

Relacionado: Nueva política hacia Cuba, ¿cambio o continuidad?

Las restricciones concretas en cuanto a los viajes de estadounidenses a la isla se enfocarán en reforzar la supervisión de las 12 categorías autorizadas por el Departamento del Tesoro para actividades como encuentros profesionales, tareas educativas, espectáculos públicos, clínicas, talleres, competencias atléticas y  proyectos humanitarios.

  

A partir de la entrada en vigor de las nuevas disposiciones, los viajeros estadounidenses a Cuba tendrán que llevar registros detallados de su itinerario y sus transacciones financieras en el país durante cinco años para ponerlos a disposición del Departamento del Tesoro en caso de que se les solicite.

Los viajes para fines educativos no académicos se limitarán ahora a excursiones en grupo, y se prohibirán los viajes individuales que autorizó la administración Obama.

"Esta medida pudiera desalentar a los viajeros estadounidenses que ahora tienen que documentar sus itinerarios y pueden ser auditados por las autoridades", consideró el economista Emilio Morales, presidente de Havana Consulting Group, en Miami.

Morales dijo a Telemundo que actualmente el mercado de los viajes de estadounidenses vive un auge sin precedentes, con un promedio de más de mil vuelos mensuales y un creciente alza de viajeros.

Las más recientes cifras indican que 284,565 estadounidenses viajaron a la isla entre enero y mayo de este año, un volumen que se equipara con los 284, 937 que lo hicieron en todo el  2016.

El pasado año, 613 mil personas viajaron de Estados Unidos a Cuba, de ellos 329,495 cubanoamericanos.

En cuanto a las operaciones comerciales, la nueva política prohíbe cualquier acuerdo de empresas estadounidenses con el conglomerado militar GAESA, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y al que algunos expertos atribuyen el control mayoritario de la economía cubana.

“Esta es una nueva forma de imponer las tenazas del embargo", afirmó John S. Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial Cuba-EEUU, con sede en Nueva York.

Sin embargo, Morales asegura que el control de GAESA sobre los negocios de la isla es de solo un 21 %, mientras que el resto del sector estatal representa el 61 % y los empresarios privados el 17 %.

A primera vista, la decisión parece afectar a la firma Starwood Hotels, propiedad de Marriott, que el pasado año firmó un acuerdo con GAESA para administrar un hotel en La Habana.

Pero las implicaciones pudieran ir más lejos. Para el 2016, los ingresos brutos de las 47 empresas estadounidenses con acuerdos o vínculos con Cuba superaron los $974 mil millones de dólares, y permitieron emplear a unos dos millones de personas, según estimados del Consejo Económico y Comercial Cuba-EEUU.

La lista no incluye agentes de viajes y operadores turísticos, la mayoría de los cuales tienen arreglos con empresas operadas por el gobierno cubano.

La directiva de Trump insiste en que el Departamento del Tesoro revise periódicamente las operaciones de viajes para asegurarse que los estadounidenses eviten las transacciones relacionadas con GAESA, lo que pudiera favorecer el incipiente sector privado de la isla.

Desde que la compañía de renta de apartamentos AirBnB comienzó a operar en la isla en el 2015, ha generado ingresos para los cuentapropistas cubanos por $40 millones. Actualmente AirBnB cuenta con 22,000 ofertas de habitaciones repartidas por 70 ciudades y pueblos de Cuba.

Morales opina que el gobierno cubano pudiera contrarrestar la medida para limitar el acceso de los visitantes estadounidenses a los hoteles de la corporación Gaviota, afiliada a GAESA, y desviarlos hacia instalaciones de grupos estatales como Gran Caribe, Cubanacán e Isla Azul.

"El impacto puede ser amortiguado si el gobierno cubano traslada firmas y corporaciones como CIMEX bajo la sombrilla empresarial del Consejo de Estado", consideró el analista.