Las Vegas (NV), 10 mar (EFEUSA).- Astrid Silva, uno de los rostros más conocidos del grupo de "soñadores", pide a la comunidad inmigrante que no se deje vencer por el miedo y luche contra las políticas antiinmigrantes de la Administración del presidente Donald Trump.
Dice en entrevista con Efe que el 8 de noviembre pasado le cambió la vida. Ese día, en el que el magnate republicano ganó las elecciones presidenciales, se dio cuenta de que tendría que trabajar aún más, pero reconoce que no llegó a pensar que las cosas serían como han sido durante las últimas semanas.
"Esto nos tomó desprevenidos. La administración está sembrando negatividad en la comunidad. Están aterrorizando líderes para que no se haga nada, pero eso es precisamente lo que no podemos dejar que pase", asegura la joven.
De hecho, cuenta que efectivamente llegó a sentir temor el día en que una camioneta blanca se estacionó frente a su casa, hace apenas un par de semanas, días antes de que la pasada semana diese la respuesta en español de los demócratas al discurso de Trump en el Congreso.
Pensó que serían agentes de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) que venían a detenerla, aunque apenas eran unos repartidores de flores. En ese estado de miedo es en el que vive incluso uno de los símbolos de la lucha de estos jóvenes que llegaron al país siendo niños junto con sus padres, indocumentados.
"Vemos tantas cosas, no saber qué va a pasar. Hace años yo ni pensaba en que Inmigración podía llegar a las casas, y es difícil no sentir temor de abrir la puerta o de ir a ciertos lugares", reconoce.
Sin embargo, dice que son ese tipo de cosas las que hay que evitar, pues sembrar más terror y elevar alarmas que pueden ser falsas, sólo podría generar el efecto contrario al que la comunidad quiere crear, y que es precisamente el de seguir en la lucha y la defensa de lo que consideran justo.
Por eso la joven, que cruzó el río que separa México de EEUU en una balsa de neumáticos y llegó a participar en la pasada Convención Demócrata, afirma que no le da miedo poner la cara, que no teme que su nombre y su rostro sean públicos y que el mundo sepa que sí, que ella es una "soñadora".
Pues, asegura, entiende los riesgos de su situación, pero que, como dice, no está dispuesta a dejarse amedrentar porque al final del día su "temor más grande es que pase algo" y no hacer "nada".
Afirma que si hay un momento para actuar es éste y que hablará públicamente cuantas veces sea necesario si eso contribuye a que el sueño por una reforma migratoria integral y el fin de la separación de familias se hagan realidad.
Y experiencia tiene después de que en 2014 el entonces presidente, Barack Obama, la mencionara en un discurso destinado a proclamar unas medidas migratorias para frenar la deportación de casi cinco millones de personas y que nunca llegaron a entrar en vigor.
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Su popularidad la llevó a subirse a muchos estrados, ser entrevistada en televisión y aparecer en actos de campaña con la candidata demócrata Hillary Clinton, por la que pidió el voto.
Ante la pregunta de cómo ha cambiado su vida personal desde que llegó Trump a la Casa Blanca con sus promesas de deportaciones masivas y levantar un muro en la frontera con su país natal, afirma que "las conversaciones familiares cambiaron".
"Ahora hablamos de las historias que suceden, de todo lo que está pasando, de la gente que dice que mejor se regresa a su país. Eso antes no pasaba", lamenta.
Dice que la mejor herramienta que tiene la comunidad para saber cómo actuar en estos momentos en que las noticias sobre detenciones y deportaciones abundan es precisamente la información, pero sólo la que es verificada y comprobada.
"No se puede publicar información sobre redadas en las plataformas sociales sin verificarla. Mejor organicémonos, hagamos un plan comunitario en el que decidamos llamar a un número determinado para saber si lo que están diciendo es cierto o no", pide Silva, que recomienda "pensar con tranquilidad antes de crear más miedo".
La "soñadora" explica que ante este panorama vuelve a llevar consigo unas tarjetas que hace años empezó a distribuir el grupo de derechos civiles Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, en inglés) con información fundamental que cualquier inmigrante debe tener a mano en caso de verse abordado por agentes de ICE.
"(Hay que) registrarse para votar los que puedan, haciéndose ciudadanos los que tengan ese derecho, hablando con los congresistas que nos representan. Manténganse informados, busquen apoyo en organizaciones serias y tengan presente que sólo unidos podremos seguir luchando", asegura la joven duranguense. EFEUSA